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¿Es Banco Popular un chollo para Santander? El valor oculto de la fusión

Analistas y banqueros consultados por este medio creen que Santander fue "extremadamente conservador" en la compra del Popular y saldrá con beneficios muy por encima de lo esperado. Ven excesivas las provisiones llevadas a cabo y demasiado corto el objetivo de sinergias.

¿Es Banco Popular un chollo para Santander? ¿O es un caramelo envenenado? Esta es la pregunta que recorre el sector financiero desde hace un mes, cuando el banco presidido por Ana Botín se quedó Popular por un euro tras un rescate exprés europeo.

El precio no es tal, ya que Santander ha tenido que poner en marcha una ampliación de capital de 7.000 millones para recapitalizar y sanear Popular. Pero banqueros y analistas consultados (que prefieren no figurar en el artículo) creen que el grupo español fue "excesivamente conservador" en su oferta y en las cifras presentadas ante el mercado, que pronostican una rentabilidad del 13-14%. Hay análisis que ven rentabilidades del 20% y hasta del 30-40% en esta operación.

Desde el entorno de Santander afirman que su oferta fue en un momento de estrés de Banco Popular, en el que ninguna otra entidad quiso pujar, y que les hubiera encajado mejor una fusión con Unicaja, que se negoció a comienzos de año. Además, un reciente informe de Kepler da la visión totalmente contraria, con riesgos por aflorar en la operación.

Aun así, hay muchas incógnitas todavía por resolver de la oferta de Santander por Popular y de las cifras que comunicó al mercado. Sobre todo en dos campos: las sinergias y las provisiones.

Los dos misterios de la fusión

Santander calculó que lograría unas sinergias (ahorros de costes) de 500 millones a partir de 2020, con unos gastos de reestructuración (factura de la reducción de personal y oficinas, entre otros) de 1.300 millones. Según las fuentes consultadas, estos cálculos implican unas sinergias del 33% de la base de costes, por debajo del 40% de media en este tipo de fusiones en España. Lo que elevaría a 600 millones los ahorros anuales.

Igual de clave que este factor son las provisiones, donde se ve un ejercicio todavía más conservador por parte de Santander, algo en lo que incluso coincide Kepler. Santander anunció unas dotaciones extraordinarias de 7.900 millones para sanear la cartera inmobiliaria del Popular. Aunque posteriormente ha rebajado la cifra a 7.200 millones, implica una cobertura de los activos problemáticos del 66%, muy por encima de la media del sector, del 52%. Por ello, las fuentes consultadas consideran que habrían bastado provisiones por 2.400 millones (para situarse con la media del sector) o 4.000-5.000 millones para elevar la cobertura entre el 55% y el 60%.

Ana Botín, presidenta de Santander.

Al situarlas en el 66%, Santander las ha colocado justo en el nivel que exigen los fondos oportunistas para quedarse activos problemáticos de la banca. Gracias a ello quiere cerrar una operación de hasta 30.000 millones antes de final de año.

Con estas cifras en mente, las fuentes consultadas dan un valor de unos 13.000 millones a Popular (incluyendo la amortización de la deuda subordinada). Mientras, la inversión neta de Santander sería de 3.000-4.000 millones, frente a los 7.000 millones anunciados por el banco. Todo ello sin tener en cuenta que Santander salva parte de los antiguos créditos fiscales de Popular, por un valor que puede situarse en torno a los 2.000 millones de euros.

Estas variables pueden hacer de Popular un chollo para Santander mucho más rentable de lo anunciado, con futuras plusvalías de varios miles de millones. Aunque la amenaza de las demandas -que se puede situar en 2.000 millones- frenaría estas cifras.

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