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Carlos Slim replica en España su imperio mexicano: construcción, inmobiliaria, finanzas, medios…

Con su entrada en FCC como primer accionista, el magnate mexicano, considerado como la segunda fortuna del mundo, perfila una pequeña réplica a la española de su conglomerado empresarial, que incluye participaciones en Caixabank y Prisa. 

“Confío en el futuro de España”. Son palabras recientes de Carlos Slim, propietario de la segunda fortuna del mundo, según las listas elaboradas por la revista Forbes y la agencia Bloomberg, al hilo de su entrada en el capital de FCC como primer accionista del grupo de construcción y servicios. Pero en el caso del inversor mexicano, los hechos están por delante de las palabras. Slim ha aprovechado la crisis y su reflejo en los precios de saldo para construir en España una pequeña réplica del imperio que ha levantado en México. Sin ser comparable en términos de cifras económicas, sí lo es en los sectores que ha elegido para tener presencia en el mercado español.

Cuando concluya la ampliación de capital que FCC pondrá en marcha la próxima semana, Slim será su mayor accionista, con una participación del 25,6%, tras una inversión aproximada de 650 millones de euros, la mayor de las que ha realizado hasta ahora en España.

Con este movimiento, el multimillonario mexicano, cuya fortuna está valorada en cerca de 60.000 millones de euros, se introduce de lleno en sectores como la construcción, los servicios y las concesiones de infraestructuras, donde está presente en México a través del grupo Ideal.

Lo que le aportará FCC en este campo será la proyección internacional, puesto que el principal ámbito de actuación de Ideal es el mercado mexicano mientras que el grupo presidido por Esther Alcocer Koplowitz ha incrementado de forma notable, como el resto de grandes empresas españolas del sector, su presencia en el mercado exterior, dado el desplome de la inversión pública en España.

Su relación con Caixabank

Dos años antes, Slim había aterrizado en el sector inmobiliario español con la adquisición a Caixabank de 439 de sus oficinas, operación en la que invirtió cerca de 490 millones de euros. De esta forma, el magnate mexicano colocaba en el mapa una nueva réplica de su negocio en México, donde Inmobiliaria Carso constituye uno de los principales pilares de su imperio.

No fue casual el hecho de que Slim eligiera la entidad financiera catalana para llevar a cabo su debut en el mercado inmobiliario español. La relación con La Caixa había empezado en 2008, con la compra del 20% de Inbursa, holding financiero de Slim. Tres años después, el inversor mexicano adquirió cerca del 1% de la entidad que preside Isidro Fainé cuando se convirtió en banco. De este modo, Slim también puso una pica en el sector financiero español.

Más testimonial ha sido su paso por el sector de medios de comunicación. Slim llegó a aflorar una participación significativa en Prisa, por encima del 3%, que se diluyó tras las últimas ampliaciones de capital de la editora de El País. Insignificante al lado de su apuesta por el New York Times, del que se convirtió este año en el principal accionista, con una participación del 17%.

Energía y telecos, asignaturas pendientes

Así las cosas, a Slim le restarían los sectores energético, minero y de telefonía para terminar de replicar del todo su imperio en España. Objetivos nada fáciles, cada uno por diferentes motivos.

En cualquier caso, lo que sí parece claro es que el magnate mexicano llegó para quedarse y rentabilizar unas inversiones que se aproximan a los 1.500 millones de euros, realizadas en época de vacas flacas y precios atractivos. El tiempo dirá si la confianza en España que ha manifestado perdura.

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