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El pacto con Slim permite a Esther Koplowitz vender un 3,3% más de FCC para cumplir con los acreedores

El compromiso de permanencia por cuatro años de los principales accionistas no es al 100%. La empresaria empleará gran parte de lo que ingrese por la venta de derechos a Slim en afrontar deuda impagada, por lo que necesitará otra inyección de liquidez si el dividendo no vuelve el próximo año a FCC.

El acuerdo entre Esther Koplowitz y Carlos Slim que incorpora al inversor mexicano como primer accionista de FCC permite a la empresaria afrontar los impagados que mantiene con sus acreedores personales, BBVA y Bankia, pero le deja muy poco margen para atender el servicio de la deuda en del futuro, especialmente si el dividendo del grupo constructor y de servicios no vuelve de inmediato. Por este motivo, Koplowitz ha decidido dejar la puerta abierta a la posibilidad de desprenderse de más acciones de la compañía por si precisa de una nueva inyección de liquidez.

El pacto contempla un compromiso de permanencia de cuatro años en el capital de la compañía para ambas partes pero afecta sólo al 85% de la participación. El resto puede ser vendida en cualquier momento, un extremo que da un poco más de aire a Esther Koplowitz, toda vez que le permite vender aproximadamente un 3,3% adicional de la compañía en el caso de que obtener fondos para cumplir con la banca acreedora.

La empresaria recibirá 150 millones de euros que Slim le pagará por la venta de los derechos en la ampliación de capital de FCC, que se destinarán íntegramente a atender los compromisos de deuda. Pero en ellos se incluyen los impagados, la deuda ya vencida que la banca ha ido aplazando para dar tiempo a que Koplowitz encontrase un inversor para venderle los citados derechos. Fuentes del mercado valoran este montante en torno a los 100 millones de euros.

A esto hay que añadir los compromisos de deuda que la empresaria tiene que seguir asumiendo con la banca acreedora. Aunque el nuevo acuerdo con Bankia y BBVA incluye un periodo de carencia, el pago de los intereses, que presenta un tipo de Euribor más 2,5%, supone en torno a los 30 millones de euros. Por lo tanto, los pagos a corto plazo agotarían lo obtenido por la empresaria de la operación con Slim.

La incertidumbre del dividendo

Así las cosas, Koplowitz podría volver a encontrarse con problemas de liquidez para cumplir con la banca acreedora si FCC no vuelve pronto al dividendo. La retribución al accionista está prácticamente descartada para 2015 (dado que los resultados de 2014 seguirán condicionados por el saneamiento que está llevando a cabo la compañía) y será difícil que retorne en 2016, dado que, además de la vuelta a la rentabilidad, FCC debe situar su ratio deuda/Ebitda por debajo cuatro veces, un objetivo algo alejado en estos momentos.

A finales de 2013, Esther Koplowitz recurrió a la venta de un 3,8% de su participación en FCC, la mayor parte adquirida por George Soros, para lograr ingresos con los que poder pagar a los acreedores. El hecho de que el compromiso de permanencia no sea al 100% le permitirá repetir la jugada si fuera necesario.

Descuento del 34%

El acuerdo Koplowitz-Slim ha desbloqueado también la ampliación de capital de 1.000 millones de euros que FCC pretende realizar antes de que finalice el año y que permitirá que la compañía esquive cerrar el ejercicio con fondos propios negativos.

Sin embargo, la urgencia con la que ha tenido que negociar el acuerdo ha llevado a la hasta ahora principal accionista del grupo de construcción y servicios a abaratar de forma notable la ampliación. De acuerdo con los analistas de Fidentiis, la operación se llevará a cabo con un descuento del 34% tomando como referencia el precio de cierre del pasado miércoles.

El banco de negocios valora los derechos de la ampliación en 3,99 euros, mientras que Slim los adquirirá a 2,35 euros. Excluido del precio de los derechos, Fidentiis valora los títulos de FCC en 11,3 euros, lo que da como resultado el mencionado descuento.

Renovación casi total del consejo 

La llegada de Slim como primer accionista de FCC también provocará notables cambios en el consejo de administración de la compañía. De hecho, dos tercios del actual consejo, compuesto por 15 miembros, deberán abandonar el máximo órgano ejecutivo de la empresa, que pasará a estar conformado por 12 personas.

Slim y Koplowitz tendrán cuatro representantes cada uno, mientras que otros tres serán independientes y el que resta está reservado para el consejero delegado. En la actualidad, Esther Koplowitz tiene ocho representantes en el consejo, entre los que se encuentra ella misma, junto a sus tres hijas (Esther, la presidenta no ejecutiva, que seguirá en el cargo, Alicia y Carmen), además de su esposo, Fernando Falcó.

Junto a ellos, históricos consejeros de FCC como los ex presidentes de la compañía Rafael Montes y Marcelino Oreja, y el francés Henri Proglio, persona de la absoluta confianza de Esther Koplowitz. De todos ellos, tan sólo tres, además de Esther Alcocer Koplowitz, podrán permanecer en el consejo.

Teniendo en cuenta que los consejeros de Slim serán todos de nuevo cuño y que, muy probablemente, los tres independientes también lo serán, la renovación del consejo de FCC será notable.

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