FCC contará con un nuevo accionista de referencia, de los obligados a comunicar su entrada en el capital de la compañía al superar el 3% del capital. Por el momento, su identidad es una incógnita pero sí se conoce su forma de llegar a la compañía que controla Esther Koplowitz: la compra de una buena parte del paquete de acciones que la empresaria colocó el pasado viernes en el mercado, en el marco de la refinanciación de sus sociedades patrimoniales.
Tras el cierre de la última sesión de la semana se anunció que Koplowitz se había deshecho del 3,8% del capital de FCC por algo más de 72 millones de euros, la liquidez necesaria para poder rematar el acuerdo con la banca acreedora y extender los vencimientos de la deuda de sus instrumentales cinco años más, hasta 2018.
Fidentiis, entidad encargada de realizar la colocación señaló que los títulos habían sido vendidos a dos inversores institucionales, una información corroborada por el comunicado que Koplowitz hizo llegar a los medios este domingo.
Fuentes del mercado apuntan a que la división de ese 3,8% entre los dos compradores no es precisamente equitativa. Uno de ellos habría tomado algo más de un 3%, por lo que en los próximos días deberá comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su identidad. Se trata de un inversor internacional con un peso relevante en los mercados. El otro comprador se hizo con una participación simbólica.
Tras los pasos de Bill Gates
Se trata de la segunda entrada de un socio significativo en FCC tras el sorprendente aterrizaje a finales de octubre de Bill Gates, cofundador de Microsoft y poseedor de la primera fortuna del mundo, según las listas elaboradas por la revista Forbes y por la agencia Bloomberg. Y ambos han llegado de la mano de Fidentiis, que se ha convertido en la sociedad de valores de cabecera tanto de FCC como de su principal accionista.
No en vano, durante 2013 Fidentiis ha colocado en el mercado casi un 13% del capital del grupo constructor. Comenzó con un 3% de autocartera que vendió poco antes del verano y siguió con el resto de las acciones propias, que fueron las adquiridas por los vehículos controlados por Gates.
Con la colocación del 3,8% que ha tenido que vender B 1998, la principal sociedad instrumental de Esther Koplowitz, Fidentiis ha culminado un particular y muy beneficioso idilio con FCC.
La supresión del dividendo, factor clave
La compañía cerró 2012 como el peor año de su historia desde que en 1992 se constituyera el actual grupo, fruto de la fusión de Fomento de Construcciones con Construcciones y Contratas. Los números rojos, superiores a los 1.000 millones de euros, provocaron que la compañía tuviera que suspender su tradicional dividendo y su nuevo plan estratégico, presentado en marzo de este año, contempla que la retribución al accionista no volverá hasta que FCC recupere la senda de la rentabilidad, objetivo contemplado para 2015.
El dividendo era empleado por Esther Koplowitz para atender el servicio de la deuda de B 1998, que cuenta con un pasivo aproximado de 900 millones de euros. La sociedad ingresaba cada año en torno a los 80 millones en concepto de retribución al accionista.
Al desaparecer, la empresaria hubo de ponerse manos a la obra con la banca acreedora para buscar un acuerdo de refinanciación que, por el momento, le ha obligado a deshacerse de parte de las acciones de FCC, aunque conserva el 50,01% del grupo. Koplowitz exploró otras alternativas, como una ampliación de capital de B 1998, aunque en vano.
En su comunicado, Koplowitz hace mención a la importancia de este proceso para la propia refinanciación de FCC y para "recuperar, en cuanto sea posible, la retribución al accionista".
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