La relación entre George Soros y FCC ha llegado a su fin. Desde hace algo más de dos años, el inversor estadounidense ha estado vinculado con el grupo de construcción y servicios a través tanto de su apuesta especuladora por la compañía con derivados como de las negociaciones que estableció con Esther Koplowitz para ser su socio en la compañía. A finales de la semana pasada, coincidiendo con el anuncio de la ampliación de capital de la empresa, Soros decidió liquidar los instrumentos financieros sobre el capital de FCC. La caída del precio de las acciones ha hecho que la apuesta no le salga nada bien al multimillonario estadounidense.
Fuentes del mercado aseguran que Soros ha llegado a tener derivados referidos a algo más de un 8% del capital de FCC, aunque en ningún momento sus vehículos han sido propietarios de acción alguna de la compañía. Las primeras apuestas de Soros por el grupo español datan de finales de 2013, cuando Bill Gates, cofundador de Microsoft, entró en el capital de la empresa, con la compra de cerca de un 6% del capital.
A través de su fondo Quantum, Soros formalizó una permuta financiera sobre el 3,3% de FCC, coincidiendo con la venta por parte de Esther Koplowitz, por entonces primera accionista de la compañía, de un 3,8% del grupo para obtener liquidez y poder cumplir con sus acreedores.
Desde entonces, Soros ha ido incrementando su presencia en la compañía, siempre a través de derivados. A finales del pasado año negoció ser el salvador de Esther Koplowitz y asegurar la ampliación de 1.000 millones de euros que preparaba la empresa. Sin embargo, ese lugar fue finalmente ocupado por el actual primer accionista de FCC, Carlos Slim.
Un desplome del 42% en dos años
Las citadas fuentes señalan que resulta muy complicado cuantificar las pérdidas registradas por Soros con su apuesta especuladora por FCC. El octogenario inversor norteamericano contrató una serie de permutas financieras liquidables en efectivo y referenciadas a un porcentaje del capital de la compañía. De este modo, si a la fecha de liquidación del producto el precio de la acción del grupo es superior al que figura como referencia del derivado, Soros se embolsa la diferencia; en el caso de que los títulos de FCC coticen por debajo de esa referencia será el inversor el que pague esa diferencia a la entidad contra la que haya realizado la apuesta.
“Teniendo en cuenta que Soros comenzó con esta estrategia a finales de 2013 y que, desde entonces, la acción de FCC ha perdido un 42%, está claro que la estrategia ha sido fallida”, señala un operador del mercado. No obstante, las comunicaciones de Quantum a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no especifican el precio de referencia del derivado, lo que hace difícil calcular cuánto le ha costado a Soros la liquidación del producto.
Además, las fuentes apuntan que lo más probable es que Soros contratara productos para limitar tanto las pérdidas como los beneficios de la operación, a través de ‘puts’ y ‘calls’, un recurso muy utilizado en casos como estos. Este tipo de productos establecen un suelo para que, en el caso de que la acción se desplome, el tenedor del derivado no tenga que pagar toda la diferencia entre el precio de referencia y el de la cotización a la fecha del vencimiento. Este mecanismo exige que se haga lo propio para el caso de que la cotización se dispare.
“Estas coberturas suelen establecer los límites de caída y subida del valor entre el 20% y el 30%”, apunta la fuente. Con este supuesto, la liquidación de estos productos podría haberle costado a Soros en torno a los 35 millones de euros.
Un peligro para los especuladores
El pasado viernes era la fecha de vencimiento para uno de los derivados referenciados al capital de FCC que Soros conservaba. Sin embargo, el inversor decidió también liquidar los dos restantes, que vencían en junio de 2016 y diciembre de 2017. Una prueba de que el multimillonario estadounidense de origen húngaro no estaba nada satisfecho con el rendimiento del derivado.
George Soros no ha sido la única víctima de la actividad especuladora sobre FCC. Tras el anuncio de la ampliación de capital del pasado jueves, los títulos del grupo constructor se dispararon más de un euro por encima del precio de la operación. Un movimiento que se explica por el hecho de que los bajistas tuvieron que adquirir acciones a toda prisa para deshacer las posiciones cortas que habían establecido en los últimos meses para apostar por el retroceso del valor en Bolsa.
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