Hace más de tres años que los March decidieron dar por concluida su etapa en ACS, el grupo constructor del que son accionistas históricos. Sus discrepancias con la gestión de Florentino Pérez, presidente y ahora principal socio de la compañía, precipitaron la decisión. Pero pocas veces una confrontación accionarial desencadenó tantos beneficios. Desde que Corporación Financiera Alba, sociedad de cartera de la familia de banqueros, comenzó a salir del capital de la constructora, la operación le ha reportado plusvalías por valor de 291 millones de euros. Beneficios directos a la cuenta de resultados.
El último movimiento de salida se culminó a comienzos de esta semana, lo que supuso que Alba situara su participación en ACS por debajo del 10%, su mínimo histórico en el grupo. Desde el pasado verano, Alba ha vendido cerca de un 2% del capital en diversas operaciones que le han hecho ingresar algo más de 147 millones de euros.
Ha sido la última de una serie de desinversiones que se iniciaron en 2013. Por entonces, ACS había vivido un año crítico, con un fortísimo castigo en bolsa debido a su ruinosa salida de Iberdrola, que generó un agujero en los resultados de la constructora superior a los 2.000 millones de euros. La operación fue consecuencia de un intento frustrado de asalto a la eléctrica que preside Ignacio Galán, que llegó a convertirse en una cuestión personal para Florentino Pérez, al margen de lo estrictamente empresarial.
La pérdida de aquella batalla, la resistencia a ceder cuotas de mando en la compañía (los March insistían en la necesidad de incorporar un consejero delegado para evitar que todo el poder ejecutivo recayera en Pérez), y cuestiones como la defensa de un reparto de dividendos incluso en aquel año de cuantiosas pérdidas, hicieron desistir a Corporación Financiera Alba de seguir activamente en ACS. Pero el resultado del desembarco accionarial no puede estar siendo más provechoso para los March.
Un 8,5% en tres años
Los banqueros llegaron a controlar cerca de un 25% de la compañía. Su primera venta significativa se produjo en 2009, cuando ACS lanzó la OPA para asegurarse el control de la alemana Hochtief, de la que actualmente tiene cerca de un 70%. Por entonces, la participación de Alba en ACS quedó algo por encima del 18%. Así siguió hasta 2013. Desde entonces, los March han puesto en el mercado en torno a un 8,5% del capital del grupo constructor. Operaciones que se han llevado a cabo a diversos precios, que han oscilado entre los 22, y los 34 euros por acción. En total, 792 millones de euros de ingresos. Pero el capítulo más impactante ha sido el de las plusvalías: 291 millones.
Al tratarse de una inversión tan antigua, la valoración en libros de la participación está sensiblemente por debajo del precio al que ha cotizado la acción en cada momento de la venta. Sin ir más lejos, las operaciones de venta de acciones de ACS a cargo de Alba durante el pasado 2015, que han totalizado un 2,2% del capital, se han llevado a cabo con unas plusvalías de entre 13,4 y 15,5 euros por título, toda vez que la mayoría de las ventas se ejecutaron por encima de la cota de 31 euros, mientras que el valor en libros de la participación alcanzó un máximo de 18,08 euros por acción en el primer trimestre.
Fuentes del mercado apuntan que algunas de las más recientes operaciones de venta de acciones de ACS han supuesto para Corporación Financiera Alba un retorno (TIR) cercana al 12% anual. Y eso, en una participación que se remonta casi 20 años atrás, cuando la fusión de OCP y Ginés Navarro dio lugar al nacimiento de ACS.
Agilizar las desinversiones
En los últimos trimestres, las operaciones de venta de acciones de la compañía por parte de su histórico socio se han repetido de forma recurrente: un 2% en 2013; un 2,5% al año siguiente; un 2,2% en 2015… Siempre tratando de aprovechar repuntes de la constructora en bolsa, como el último que se ha registrado, al calor de la victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU, toda vez que los planes del presidente electo pasa por poner en marcha un plan de infraestructuras de 500.000 millones de dólares en un mercado en el que ACS está bien posicionado.
Precisamente para poder aprovechar mejor los momentos más idóneos para colocar las acciones, Alba renunció antes del verano a los dos puestos que mantenía en el consejo de administración de ACS para que no le aplicaran las limitaciones que establece la normativa del mercado a los accionistas que tienen representación en el máximo órgano ejecutivo de las empresas.
Quizá lo mejor para los March es que aún les resta un 9,9% en el capital del grupo constructor, que promete seguir dándoles grandes tarde de gloria… bursátil.
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