A sus 77 años y con un nuevo plan estratégico en su ACS por delante, Florentino Pérez tiene en mente el futuro de su imperio...sin perder de vista a su familia. El presidente de Actividades de Construcción y Servicios (ACS) ha dado entrada recientemente a uno de sus hijos, con el mismo nombre, en la sociedad Rosan, a través de la que el también hombre fuerte del Real Madrid controla el 14,16% de la constructora del Ibex 35, valorado actualmente en alrededor de 1.500 millones de euros.
Fuentes consultadas por este medio vinculan los planes de futuro de Florentino para ACS con los últimos movimientos del presidente ejecutivo de la constructora en torno a Rosan. Allí, ha asignado poderes de representación a otro Florentino, uno de los tres hijos que el mandamás del Real Madrid tuvo con la que ha sido la mujer de su vida, María Ángeles Sandoval, también conocida como 'Pitina'.
Florentino 'júnior' ha comenzado a codearse con la realidad de la firma con sede en la misma edificación de El Viso en la que su padre decidió, desde finales de 2020, concentrar toda su participación en la gigante constructora que fundó. En estos tres años, ‘Chivo’, cómo se lo conoce a Florentino hijo, ha seguido desarrollando en paralelo distintos negocios inmobiliarios, como el de la promoción, que se han añadido a su experiencia en la construcción al mando de la empresa Peyflosa.
De los tres hijos de Pérez, Chivo es, en definitiva, el que siempre ha tenido mayor afinidad por el ladrillo y la construcción, y el que ha secundado el día a día de Floma Aviación. Esta empresa, controlada por Rosan y con sede en el mismo 'búnker' de Florentino, es célebre por haber alquilado jets privados a personalidades como el propio presidente del Real Madrid pero también políticas, como el rey Juan Carlos, o los propios mandatarios de España Mariano Rajoy y el actual, Pedro Sánchez; el último ejercicio del que presentó cuentas, 2020, se saldó con dos millones de pérdidas. Una minucia dentro de Rosan, que ha elevado su apuesta por ACS del 12,84% al 14,16% en el último trienio, en el que sus acciones se han revalorizado en cerca de 500 millones una vez superada la pandemia.
Nuevo plan de ACS con incentivo de Florentino para su gestor
Con la propiedad vinculada a sí y a su familia, Florentino parece confiar cada vez más para la gestión de ACS en el que es desde 2022 el consejero delegado de la compañía, un relativamente joven Juan Santamaría (1978) que, al igual que Florentino, es de formación Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid.
Santamaría ha llegado al cargo de jefe en la gestión tras sumar experiencia en puestos de dirección dentro del grupo constructor en dos de sus principales mercados, Norteamérica y Australia. De hecho, su trampolín final fue sustituir como presidente de la filial australiana Cimic al que estaba llamado a ser el sucesor de Florentino, Marcelino Fernández Verdes, caído en desgracia precisamente por un aluvión de pérdidas en Cimic.
Santamaría fue la principal cara visible del grupo constructor en su primer Capital Investors Day celebrado esta semana en Madrid. En él, el ejecutivo disipó el temor a una escalada de 'expropiaciones' en EEUU como la recientemente iniciada por Texas
El primer ejercicio completo que ha tenido Santamaria como consejero delegado le ha premiado con unos emolumentos superiores en metálico a los del propio presidente, de 7,78 millones, tras un ejercicio en el que el beneficio neto total del grupo escaló un 16,7%, hasta los 780 millones, y en el que la capitalización bursátil subió un 35%, hasta regresar a niveles precovid. En el mismo curso, el CEO tuvo tiempo de aprobar la dispensa de conflicto de interés en la venta de ACS de dos casas a la familia de Florentino por 1,33 millones de euros.
El mismo Santamaría fue la principal cara visible del grupo constructor en su primer Capital Investors Day celebrado esta semana en Madrid. En él, el ejecutivo disipó el temor a una escalada de 'expropiaciones' en EEUU como la recientemente iniciada por Texas al asegurar que el resto de los contratos en el país norteamericano solo prevén contratos de rescisión a precio actual de mercado, a diferencia de la emblemática SH-288.
Paralelamente, avanzó las líneas maestras del nuevo plan de negocio de ACS que se financiará con ventas de activos y/o emisión de deuda. Un plan que aspira a disparar hasta un 40% los ingresos -hasta los 48.000 millones- y un 30% los beneficios netos totales de la compañía -hasta los 1.000 millones- en 2026, al hilo del relanzamiento de sus marcas constructoras en Europa con el expertise conseguido en Estados Unidos en torno a la construcción de centros de datos, biotecnología y energías renovables.
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