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Florentino reformulará el sistema de bonus de ACS para poder cobrarlo

El grupo de construcción y servicios ha articulado dos planes de retribución variable para altos directivos desde 2010 bajo la modalidad de opciones sobre acciones pero ambos han fracasado por un decepcionante comportamiento de la acción. El próximo plan estará determinado por objetivos de la compañía.

Por segunda vez consecutiva, el plan de retribución variable para altos directivos de ACS ha sido un fiasco. Los beneficiarios del sistema de bonus, a la cabeza de los cuales está el presidente del grupo, Florentino Pérez, no han tenido ninguna oportunidad de hacerlo efectivo en condiciones ventajosas desde su puesta en marcha, a comienzos de agosto de 2014. Tan solo el último día hábil para hacerlo, el pasado 28 de abril, la acción cotizó por encima del precio de ejercicio pero con una estrecha diferencia de 14 céntimos. Es decir, en todo momento cualquier directivo encontró en el mercado mejores o prácticamente idénticas condiciones en el mercado para comprar las acciones que ACS le tenía reservadas.

De esta forma, no es de extrañar que el próximo bonus para altos directivos que prepara la empresa vaya a estar ligado al cumplimiento de determinados objetivos por parte de ACS en lugar de estar relacionado con el rendimiento en bolsa. Se prevé que los accionistas den su visto bueno al plan en la próxima junta general y que este se ponga en marcha poco después, tras el correspondiente visto bueno de la comisión de nombramientos y retribuciones.

El plan de 2014 ha concluido de manera similar al establecido en 2010. En aquel, ninguno de los beneficiarios llegó a ejercer el derecho a adquirir ni una sola de las 6,203 millones de acciones incluidas en el programa de retribución a altos directivos. A lo largo de los tres años de duración, los títulos de ACS no llegaron a cotizar por encima del precio establecido para las opciones: 34,15 euros.

La compañía optó por seguir con el modelo para el siguiente plan (el que acaba de vencer) pero procurando hacer más sencillas las condiciones. De este modo, el periodo para poder ejercer las opciones se redujo a dos años y el precio de las mismas también se recortó para ser fijado en 33,89 euros. De esta forma, las acciones de ACS tan solo tenían que subir un 6,8% desde el momento en que se puso en marcha el plan para que cotizaran por encima de este precio y el ejercicio de las opciones fuera atractivo para los beneficiarios.

Lastrada por la fuga de accionistas

Pero ni así. La continua salida de grandes e históricos accionistas del grupo como Corporación Financiera Alba (la sociedad de cartera liderada por la familia March), los financieros Alberto Alcocer y Alberto Cortina y, en último término, el grupo turístico Iberostar, se unieron al comportamiento errático de la compañía para lastrar definitivamente su cotización. Esta solo superó el precio fijado para las opciones en la última sesión y por un margen tan exiguo que es improbable que hayan sido ejecutadas por alguno de los beneficiarios.

En el mercado ha llamado la atención el sistema empleado hasta ahora por ACS para premiar la labor de su alta dirección, a través de opciones sobre acciones, algo que estuvo en su día de moda pero que hace tiempo que no se da, al menos en la modalidad puesta en práctica por el grupo de construcción y servicios.

En esta, a cada beneficiario se le concede un número determinado de opciones para adquirir títulos a un precio fijado de antemano. Si llegado el momento el ejecutivo decide ejercer su opción, podrá comprar las acciones adjudicadas (o un porcentaje de ellas, en el caso de ACS se podía hacer hasta el 50% por cada año) al precio indicado.

Un sistema pasado de moda

De esta forma, la opción es beneficiosa para el directivo solo si los títulos de la compañía cotizan notablemente por encima del precio de ejercicio de la opción ya que le permitirá comprar un activo por debajo de lo que indica el mercado y después embolsarse unas jugosas plusvalías al venderlo. Pero si la cotización es similar al precio del ejercicio (como ha sido el caso), el plan pierde prácticamente todo su estímulo. Si está por debajo, directamente pierde todo su sentido.

Actualmente, las grandes compañías están ligando los bonus para altos directivos al cumplimiento de determinadas metas fijadas en planes estratégicos o en los presupuestos. Algo a lo que terminará por acudir ACS, aunque por el camino se haya llevado dos planes de stock options por delante.

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