El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, montó en cólera cuando el pasado mes de abril miles de personas aplaudieron en el Bernabéu el gol del Barcelona que le daba la victoria al club catalán en un partido de Liga. Ya había sucedido algo parecido en un partido contra el Nápoles, pero lo del Barca no lo pudo resistir.
No había sucedido nunca un hecho similar. Ese día el tanto culé se festejó de manera sorprendente. El presidente del club ordenó una investigación.
No hay que ser muy listo para saber que en los últimos años han proliferado empresas y particulares que han utilizado Internet o simples octavillas para comprar y vender las codiciadas entradas del clásico.
3.000 abonos retirados
El Real Madrid anunció que haría inspecciones y comenzaron las requisas de abonos. El club ha retirado en los últimos años tres mil de estos abonos a sus socios.
Algunos de los afectados han llegado a organizarse para impedir que Florentino les requise el pase que pagan religiosamente.
Una de las alegaciones que hacen los afectados en sus pliegos de descargos es que el propio Real Madrid puede revender las entradas de los socios siempre que los titulares pasen por las horcas caudinas de la llamada “cesión del abono”.
En ese caso, el club abona una pequeña cantidad al socio, que además se lo descuenta del precio de abono del año siguiente. Con la venta “ilegal” de una buena localidad de uno de los clásicos, o partido de Champions, el aficionado puede financiar la mitad o incluso el precio de todo el año.
Un nuevo reglamento
Vistos los aplausos al Barca, Florentino ha aprobado el pasado 6 de diciembre el nuevo Reglamento de Disciplina Social del Club. Entró en vigor al día siguiente y se ha notificado por email a todos los abonados.
El Real Madrid explica que “pretende actualizar, a las nuevas regulaciones del Consejo Superior de Deportes, Comisión Nacional Antiviolencia, Liga Nacional de Futbol Profesional, Normativa UEFA, su marco disciplinario y actuar, especialmente y de forma contundente contra la reventa de abonos y de entradas, que afecta a todos los socios”.
Alega cuestiones de seguridad, pero no le importa reconocer en el comunicado que quiere actuar “de forma contundente” contra los traidores que venden sus entradas en partidos clave de la temporada.
Uno de los nuevos artículos del código llega a decir que el socio que ceda su abono “será el responsable de las eventuales infracciones cometidas por el concesionario, siéndoles de aplicación las sanciones derivadas de aquellas infracciones, con independencia de la responsabilidad personal de éstos”.
Y establece una sola excepción y es en el caso en el que la cesión se haga a favor del Club o a través del mismo.
Infracciones graves
El Real Madrid considerará infracción grave “la utilización indebida del carnet de Socio, de la tarjeta de abono y/o de las localidades facilitadas por el Club o a comerciar con alguna/s de la/s anteriores. Se entiende por utilización indebida la cesión no gratuita, la subasta, venta, reventa no autorizada y/o intento de reventa”.
Y eleva el listón, y lo considera infracción muy grave, si esta cesión se hace “a través de empresas, y/o a través de redes organizadas, y/o a través de medios de amplia difusión o de forma masiva”. “Se entiende por utilización indebida –añaden- la cesión no gratuita, la subasta, venta, reventa no autorizada y/o intento de reventa”.
Los castigos para las infracciones graves son la suspensión temporal de socio de uno a dos años y las muy gaves la “pérdida definitiva de la condición de socio”.
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