El sector inmobiliario español es protagonista destacado estos días en Londres. Los inversores institucionales tienen la posibilidad de adquirir paquetes de deuda de grandes inmobiliarias españolas, todas ellas cotizadas en Bolsa, en el transcurso de un ‘road-show’ que está haciendo las delicias de los fondos oportunistas.
Fuentes conocedoras del proceso han asegurado a Vozpópuli que el volumen de la deuda que se está vendiendo en estos días asciende a unos 1.500 millones de euros y que está teniendo una notable aceptación en el mercado, ya que se trata de pasivos relacionados con empresas como Metrovacesa, Colonial, Realia y Reyal Urbis, con valiosos activos actuando como garantía.
“El proceso cuenta sólo con deuda de compañías cotizadas y los fondos oportunistas están haciendo grandes negocios en él”, describió una fuente del sector. Algunos de los créditos que se están vendiendo en Londres en estos días figuraban entre aquellos que han pasado de las entidades financieras nacionalizadas a la Sareb.
El aterrizaje masivo de fondos buitre en las inmobiliarias puede acarrear problemas desde el punto de vista de la refinanciación. Este tipo de entidades, que adquieren además la deuda con un significativo descuento, no suelen participar en procesos de reestructuración de la deuda.
Duras condiciones
“Desde el primer minuto van a pedir a la compañía la devolución del préstamo bajo la amenaza de ejecutar la garantía”, afirmaron las citadas fuentes.
Las inmobiliarias no serían las primeras compañías españolas en padecer las exigencias de los fondos buitre. La editora de medios de comunicación Prisa ha sido un ejemplo más que significativo. Algunos de los grandes bancos que financiaban a la compañía vendieron en los últimos meses la deuda a este tipo de fondos, que ahora ponen encima de la mesa de Prisa condiciones muy duras para la refinanciación, con tipos de interés de dos dígitos.
De hecho, Metrovacesa ya padeció la llegada de algunos fondos oportunistas en 2010, cuando la compañía luchaba en busca de su última refinanciación. Algunos de estos fondos adquirieron la cartera de deuda de bancos, especialmente extranjeros, que decidieron por entonces comenzar a salir de España.
La venta de Abacus
Como nuevos acreedores de la inmobiliaria, estos fondos se opusieron a cualquier plan de refinanciación y Metrovacesa tuvo que acabar por acudir a la legislación británica (aprovechando que el préstamo sindicado que pretendía refinanciar se había firmado en Londres) para que la oposición de un pequeño porcentaje de acreedores no echara abajo toda la negociación.
Los fondos oportunistas también están siendo actores principales en el proceso de venta de la denominada 'cartera Abacus' a cargo de la Sareb, una serie de créditos de promotores respaldados por activos inmobiliarios de calidad, entre los que se encuentran edificios de oficinas.
A lo largo del presente mes, la Sareb está estudiando las ofertas que ha recibido por la cartera, una de las más atractivas que ha puesto en el mercado el 'banco malo', y la decisión final sobre el comprador se espera conocer en los primeros días del mes de noviembre.
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