Wang Jianlin, propietario de una de las 20 mayores fortunas del mundo, no guardará buen recuerdo de su inversión inmobiliaria en Madrid, fraguada en la compra del Edificio España a mediados de 2014. La decisión de vender el rascacielos por la oposición de la corporación municipal liderada por Manuela Carmena a que Wanda, el holding del multimillonario oriental, realizara la reforma del inmueble con el derribo de la fachada acarreará unas pérdidas totales de 25 millones de euros para el holding debido al efecto divisa. Y, obviamente, a tener que desprenderse del activo sin haber podido explotarlo.
Poco antes del verano, Wanda alcanzó un principio de acuerdo, rubricado definitivamente el pasado 3 de noviembre, con el empresario murciano Trinitario Casanova para traspasarle el rascacielos por 272 millones de euros, siete millones más de los que el holding chino pagó a Santander a mediados de 2014 para adquirir el Edificio España con lo que cabría pensar que, al menos, Wanda rentabilizaría algo su inversión. Pero las cuentas no son tan sencillas.
En primer lugar, porque Wanda había actualizado la valoración del activo en sus libros, por lo que en estos momentos está contabilizado en 274 millones de euros, cantidad inferior a la que ingresará por el activo, de llegar a materializarse la transacción. Pero, sobre todo, porque la depreciación sufrida por el dólar de Hong Kong a partir de 2015, arrastrado por el hundimiento del yuan chino a causa de los temores a una gran crisis del gigante asiático, hizo que a Wang Jianlin los números no le salieran de ninguna manera.
En los documentos remitidos al regulador de la Bolsa de Hong Kong, la división hotelera de Wanda, propietaria en último término del Edificio España y domiciliada en este territorio, aclara que la diferencia entre los ingresos derivados de la operación de venta del activo y las pérdidas acumuladas por la caída del dólar de Hong Kong durante el periodo en el que el activo ha estado en su cartera se traduce en pérdidas totales de 191,8 millones de dólares de Hong Kong, aproximadamente 25 millones de euros al cambio actual.
Número rojos sin tocar el edificio
Para muestra, un botón. Sólo durante el ejercicio 2015, en el que el inmueble no generó ingresos pero apenas incurrió en gastos porque no se acometió reforma alguna, el activo registró pérdidas de 54,85 millones de euros. En la segunda mitad de 2014, los números rojos que el Edificio España generó a Wanda no llegaron al millón de euros, siempre según los datos que aparecen en los citados documentos oficiales.
Fue precisamente a mediados de 2015 cuando se produjo el cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Madrid tras las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo. Manuela Carmena heredó el bastón de mando de Ana Botella, con quien Wanda había comenzado a acordar cómo iba a ser la remodelación del Edificio España para adaptarse a los planes del holding chino, que pasaban por que el rascacielos albergara un lujo hotel, apartamentos de alto standing y una destacada zona comercial.
Para poder acometer las obras, Wanda logró convencer al Consistorio para aprobar una rebaja de la protección del inmueble.
Sin embargo, con el cambio de corporación municipal comenzó el calvario para los planes de Wang, ya por entonces propietario del 20% del Club Atlético de Madrid. Los nuevos regidores del Consistorio se opusieron a que la remodelación del rascacielos incluyeran el derribo de su fachada principal, pese al compromiso de Wanda de restaurarla posteriormente de manera idéntica a su versión actual. Los tiras y aflojas se extendieron hasta comienzos de 2016, cuando el holding chino decidió poner a la venta el Edificio España, ante la imposibilidad de llevar a cabo las obras como pretendían.
Un rascacielos de 532 millones
De acuerdo con el informe de valoración llevado a cabo por la consultora Jones Lang Lasalle (JLL), que también se incorpora en el documento remitido por Wanda a la Bolsa de Hong Kong, el valor del Edificio España después de la remodelación se hubiera disparado hasta los 532,5 millones de euros, tras una inversión que el holding chino cuantificaba en unos 700 millones. Es decir, duplicaría la inversión inicial en el edificio.
Los planes de Trinitario Casanova, que aspira a convertirse en el nuevo propietario del inmueble, también pasan por convertir el emblemático edificio de la Plaza de España en un hotel y zona comercial. Está por ver si finalmente acomete la inversión. De no ser así, Wanda seguirá sin comprador y, además, perdiendo dinero.
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