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Francisco Luzón: "Me ha dolido mucho que Amancio Ortega, Carlos Slim, y Santander no hayan apoyado la Fundación contra la ELA"

Francisco Luzón, paciente de Escloriosis Lateral Amiotrófica, ha creado la Fundación Francisco Luzón Unidos contra la ELA para hacer visible la enfermedad. Cada año se diagnostican en España más de 900 nuevos casos de ELA. Luzón lo ha sido todo en el sistema financiero español.

"Yo he tenido suerte en la vida", afirma Francisco Luzón (El Cañavete, Cuenca, 1948), quien pronunció sus últimas palabras en mayo de 2015. Desde entonces Luzón, que lo ha sido todo en el sistema financiero español -consejero de BBV, presidente de Banco Exterior de España, fundador y presidente de Argentaria, vicepresidente ejecutivo de Santander, responsable del negocio del grupo en Latinoamérica hasta 2012- se comunica a través de un aparato conectado a un móvil. Paciente de Esclorisis Lateral Amiotrófica, ELA, ha creado la Fundación Francisco Luzón Unidos contra la ELA para dar visibilidad a la enfermedad y dotar de recursos a la investigación sobre la misma.

Recientemente ha publicado El viaje es la recompensa, donde repasa su vida y actividad profesional, cuyos derechos de autor se destinarán a la fundación que preside. "Hay que acabar con los paraísos fiscales", comenta en la entrevista con Vozpópuli realizada el pasado jueves 15 de junio, el día que se conmemoraban 40 años de las primeras elecciones democráticas celebradas en España. "Digan lo que digan, la transformación de España fue espectacular (...) no hay atajos ni fórmulas mágicas para conseguir el Estado de bienestar, no destruyéndolo todo sino arreglando las cosas que funcionan mal".

Usted que ha participado en tantos procesos de consolidación de la banca española, ¿qué opina del caso de Banco Popular y de la situación del sistema financiero español en general?

Yo creo que la operación es buena para el Banco Santander y espero que no sea mala para los españoles a medio y largo plazo. Estoy preocupado por lo que puede pasar con la banca española. Cada día hay más concentración sin presencia extranjera significativa. Y eso me da miedo porque si en su día había siete grandes bancos, ahora vamos camino de que haya tres, sin bancos menores significativos.

Si a eso se le une que nuestras empresas y bancos no tienen un buen gobierno corporativo, mi preocupación es mayor. Ha desaparecido el Banco Popular. ¿Que se hará con Bankia? No lo sé. Pero lo que si sé es que España no puede convertirse en un oligopolio bancario, máxime cuando alguno de los protagonistas de ese oligopolio pueden acabar en manos extranjeras.

¿Considera que la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha actuado correctamente en la crisis de Banco Popular? ¿Cree que ha sido adecuado el procedimiento por el cual Santander ha adquirido Popular?

No lo sé. No conozco lo que ha hecho ni lo que no ha hecho. Y tampoco conozco los detalles de la operación. Lo que sí quiero decir es que las autoridades de nuestro país tienen que pensarse muy bien qué tipo de sistema financiero nacional quieren compatible con la estructura europea.

Como he dicho antes, cada día me da más miedo que nuestro país se convierta en un oligopolio de tres grandes bancos y que estemos dependiendo solo de las decisiones del Banco Central Europeo, dada la reducción de peso que España ha sufrido en los organismos europeos estos últimos años.

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¿Por qué no hay banca extranjera en España?

Los bancos extranjeros no han entendido nuestro país. Sería ideal que un banco extranjero viniera a hacer banca comercial a España; sería fácil si las autoridades europeas pensaran más en la competencia y menos en la liquidez.

¿Qué opina de las demandas de cárcel que se piden para exresponsables de Bankia, Rodrigo Rato, el señor Olivas y Francisco Verdú? [La Fiscalía Anticorrupción ha solicitado esta semana cinco años de prisión para Rato, cuatro años para Olivas, tres años para Norniella, y dos años y siete meses de prisión para Verdú por la salida a Bolsa de la entidad].

Pues estoy un poco sorprendido por la sentencia que se pide para Francisco Verdú. Conozco bien a Francisco Verdú. Trabajó para mí en Banco de Vizcaya y en Argentaria. Y puedo garantizarle que Paco Verdú es una persona honesta y un profesional de la Banca, como lo demostró en el caso de las tarjetas black. Él llegó a Bankia como consejero delegado solo quince días antes de la salida a Bolsa, y llegó para cambiar Bankia para mejor. Y se encontró en una situación de tener que firmar las cuentas de Bankia, cosa que hizo porque tenía el visto bueno de la auditoria de Deloitte, del Banco de España, de la CNMV, etcétera. ¿Tiene sentido que por eso se pida cárcel para él? No. No lo tiene. Y espero que la justicia recapacite porque Paco Verdú nada tuvo que ver con esa salida a Bolsa.

Cuando usted salió de Santander percibió una pensión de 65 millones de euros brutos, cantidad de la que el 52% se quedaría Hacienda. Le sugirieron trasladar su domicilio fiscal a Uruguay u otro país en el que la retención fiscal sería inferior, pero no lo hizo. ¿Considera, como dice el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, que un funcionario público no puede tener dinero en un paraíso fiscal? Usted no era funcionario público y sin embargo pagó todos sus impuestos en España, ¿hasta qué punto es lícito, o no, tener dinero en un paraíso fiscal?

Mire usted: Yo no voy a dar lecciones a nadie. Lo que puedo decir es lo que yo he hecho con mi vida. Y contar cómo siempre me he conducido por principios y valores que los he llevado conmigo a todos los lugares y en todas las situaciones. Eso es lo que resalto en el libro. Y una cosa más: no se pueden tener principios y valores distintos en casa y en el trabajo; o distintos para la gestión del dinero y para la educación de los hijos. No. Y muchos profesionales es así como se mueven. Eso no es lo que una persona digna debe hacer, sea cual sea su profesión. Los valores deben ser únicos y llevarlos siempre contigo.

La Banca, en general, ¿tiene responsabilidad en la existencia de los paraísos fiscales? ¿Es necesaria su existencia?

¡Los paraísos fiscales debieran erradicarse ya! Porque aunque en algunos casos pueden tener una cierta racionalidad económica o financiera, para algunos países y empresas, la experiencia demuestra que los paraísos fiscales son de hecho cuevas de Alí Baba. ¡Hay que acabar con ellos ya! Esa es mi opinión.

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Su padre era un hombre de izquierdas, y su madre de derechas, una joven falangista. Quizá, como señala en su libro, sea ese el germen de varias contradicciones vitales. Usted fue un niño pobre, con cinco años emigró con su familia al País Vasco, era un ‘coreano’, como se llamaba entonces a los llegados de otras provincias. ¿Le ha resultado moralmente contradictorio la pobreza en la que vivió su infancia y juventud y la vida que ha tenido después? ¿Cómo lo ha gestionado? ¿Alguna vez se ha sentido culpable por tener mucho dinero?

No sé si conoce mi vida. Yo nunca he vivido como un rico o un magnate. Nunca. Jamás he dejado de ser yo mismo, y jamás he renunciado a mis raíces humildes y precarias. 

Yo he tenido suerte en la vida porque la vida me ha dado muchas oportunidades que no he dejado pasar. Y lo que sí he hecho es trabajar, transformar y crear mucho valor. Y por eso se me ha recompensado profesionalmente. Por el enorme valor que he aportado. Pero yo siempre he vivido de una forma modesta y solidaria. Sin ostentación ni alharacas. Lo que sí he hecho es dar una buena educación a mis hijos y a mis nietos; y ayudar a otras personas de mi ámbito familiar cercano a que tengan hijos bien educados y formados. ¡Y también he viajado mucho! ¿Yo soy rico? Económicamente sí. Pero le aseguro que nunca me he sentido rico ni he actuado como tal. Y le aseguro también que nunca me he sentido un ser superior. Y menos aún por el dinero. ¡Jamás!

Muchos famosos o gente adinerada, patrocina fundaciones contra el hambre o donan dinero a organizaciones no gubernamentales. ¿Cree que esa es una forma efectiva de terminar con la pobreza? ¿Cuál sería la mejor manera de hacerlo?

A mí me gusta mucho la canción Imagine, de John Lennon. Es un sueño, pero también es una guía para caminar hacia un mundo menos injusto y más equilibrado. La respuesta a su pregunta para mí está en la solidaridad. Entre países y entre personas. Ahí está la respuesta, utilizando la palanca de la educación y la formación de los niños y jóvenes como respuesta al futuro. Hay que renunciar a hacer lo que se puede, aunque se sepa que eso no es suficiente, ¿cómo yo hago? ¡En absoluto! Y por eso yo sembraría un árbol hoy aunque supiese que el mundo se acaba mañana.

Ha creado la Fundación Francisco Luzón Unidos contra la ELA. Perdone que le diga, pero los enfermos de ELA tienen suerte de que usted sea uno de ellos, si no, posiblemente nunca hubiera destinado su esfuerzo y su dinero a la lucha contra la enfermedad.

¡Los enfermos de ELA no tienen ninguna suerte! ¡Ninguna! Me tienen a su lado pero eso no es ninguna suerte. Es mi responsabilidad, como ser humano que soy, la de devolverle a la sociedad a través de ellos lo que ella me ha dado.

José Antonio Arrabal, enfermo de ELA, se suicidó recientemente delante de una cámara de vídeo reclamando el derecho al suicidio asistido. ¿Entiende la decisión que tomó el señor Arrabal? ¿Cree que debería existir en España una ley que regulara la eutanasia?

Respeto las decisiones individuales y más aún de pacientes de una enfermedad tan perversa como la ELA. Pero el problema básico no está en cómo dejar de vivir sino en cómo vivir con calidad y dignidad. La muerte acapara los titulares de los medios de comunicación. Pero eso no es para mí lo importante. Lo más importante es mejorar la calidad de vida de los pacientes para que no quieran dejar de vivir.

Su libro El viaje es la recompensa rezuma amor, principalmente a su esposa, su familia, sus amigos, y su trabajo. Prácticamente no ajusta cuentas, ¿lo deja para sus memorias de las que lleva escritas al menos 2.000 páginas?

No estoy aquí para ajustar cuentas con nadie. Es verdad que mi vida no ha sido fácil en el campo profesional: me fui del BBV, me echaron de Argentaria y acabé saliendo de Banco Santander de mala forma. Pero ¿para quién es la vida fácil? Para nadie. A mí ya no me mueve el odio o la venganza. Lo que sí me mueve es hacer y decir cosas que puedan mejorar las realidades actuales porque eso me parece una responsabilidad mía de naturaleza social.

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Resulta indignante leer que los que se suponen que eran sus amigos, como Amancio Ortega o Carlos Slim o el Banco Santander, le hayan negado apoyo a su Fundación. [Francisco Luzón, que fue consejero de Inditex y que ha trabajado con Carlos Slim, cuenta en su libro que ha escrito a la Fundación Amancio Ortega, y que la respuesta fue un no; que Slim no le ha respondido; y que Manuel Cendoya, responsable de comunicación de Santander, le respondió en nombre de Ana Botín que se presentara al Proyecto General del banco en el que los empleados y la entidad pueden financiar proyectos solidarios].

No es indignante. ¡Eso no! Cada empresa e individuo toma sus propias decisiones. Eso no es necesariamente indigno. Ahora bien: eso no quiere decir que no me haya dolido. Me ha dolido mucho. Y le aseguro que no ha sido por mí sino por los enfermos de ELA. 

Y me ha dolido aún más al comprobar que en la responsabilidad social corporativa de las empresas la medicina y los enfermos no tienen prácticamente ningún espacio y que todo se dedique al deporte o a la cultura o al medio ambiente. La salud y la educación son las cosas más importantes para el ser humano porque sin salud y educación no hay futuro.

En 2011, en una entrevista con El País, usted declaró: "La banca tiene que transformarse y mirar más a la sociedad" ¿Cree que en ese momento cavó su tumba en el Santander?

No. En absoluto. ¡Eso no le gustó a Emilio Botín ni a los banqueros en general, pero eso no cavó mi tumba!

En 1988, cuando accedió a la presidencia del Banco Exterior, sustituyendo a Miguel Boyer, el chófer del banco le preguntó por su horario. Cuando le contestó que sería de siete y media de la mañana a diez de la noche, el conductor le comentó que le iba a cambiar la vida, ya que usted se levantaba a la hora que Boyer se acostaba. ¿Alguna vez ha lamentado no haber alternado más y trabajado menos?

No. No me arrepiento de lo que he hecho. Lo que sí haría es corregir algunas pequeñas cosas que no he hecho perfectamente con mi familia y amigos, como no dedicarle más atención a mis padres o no asistir al fin de curso de alguno de mis hijos. Eso sí lo ajustaría.

Tras la fusión de Santander y Central Hispano, usted se encargó de desarrollar el negocio del banco en América Latina. En Chile vivió una situación particular durante el arresto de Pinochet por parte del juez Garzón: el entonces ministro de Hacienda chileno, Eduardo Aninat, le dijo que no permitiría la fusión de Santander y Banco de Santiago a no ser que el banco consiguiera que Garzón liberara a Pinochet. Cuenta que ni podían hacer tal cosa y que ni siquiera lo intentaron. ¿Puede o no puede un banco como Santander incidir en la toma de decisiones políticas del Gobierno de una nación?

Yo solo puedo decirle una cosa: nunca lo intenté ni en España ni en Latinoamérica. ¿Otros lo han intentado? Seguro que sí, como se ha demostrado con la crisis de las cajas de ahorro y de los bancos.

Alfredo Sáenz fue condenado por el Tribunal Supremo a tres meses de cárcel e inhabilitado para ejercer un cargo en banca siendo consejero delegado de Santander, pero inmediatamente el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero le concedió el indulto. ¿Intercedió ahí Santander o Emilio Botín?

No lo sé. Nunca lo pregunté ni en el Santander ni en Moncloa. Y eso que fui muchas veces en esa época por la crisis en que se vio inmerso nuestro país desde al año 2010. Lo que sí sabemos es que se pidió el indulto y se concedió. Eso fue lo que ocurrió.

¿Existen razones para temer la formación de un Gobierno en el que participara Podemos?

Nunca he hablado de política. Nunca. Ni cuando era presidente de Argentaria. Y tampoco lo voy a hacer ahora. Disculpe.

Se cumplen ahora 40 años de las primeras elecciones democráticas celebradas en España. ¿Considera que el proceso ha estado a la altura?

Sin ninguna duda. Digan lo que digan la transformación de España fue espectacular, aquello no fue un régimen postfranquista. España tiene que consolidar la Democracia, a mí también me indignan los casos de corrupción, pero se mucho de esto por mis vivencias latinoamericanas. Le aseguro que no hay atajos ni fórmulas mágicas para conseguir el Estado de bienestar, pero no destruyéndolo todo sino arreglando las cosas que funcionan mal.

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