Mala semana para Telefónica en bolsa. Los cambios introducidos por José María Álvarez-Pallete en su equipo directivo han sido recibidos con frialdad en los mercados y su acción ha cerrado este viernes con un precio de 8,05 euros. Es decir, un 5% menor que el pasado lunes. Desde febrero de 2017, sus títulos se han depreciado el 11% y hoy han alcanzado uno de sus puntos más bajos de los últimos dos años.
Es cierto que la compañía comenzó el ejercicio con sus participaciones a 8,16 euros, tras un mes de diciembre de bajada. Sin embargo, también lo es que el pasado viernes cerró con su máximo de 2018 (8,5 euros) y una semana después ha tocado su mínimo anual. Es decir, sus títulos no han enfilado el camino de la recuperación.
La multinacional vive en un momento de cambio, fruto de la complejidad del sector de las ‘telcos’ y de sus varios frentes abiertos, a ambos lados del Atlántico. Su deuda se ha reducido significativamente en los últimos 12 meses, al pasar de los 49.600 a los 45.900 millones de euros. En buena parte, gracias, al crecimiento orgánico. Sin embargo, su silencio sobre su apalancamiento preocupa a los inversores –como explicaba este periódico recientemente- y está pesando en su cotización.
En España, es la compañía de referencia y líder en móvil, internet y televisión de pago. Sin embargo, durante los últimos años ha perdido cuota de mercado de forma progresiva y la política de precios del cuarto operador, MásMóvil, no va a hacer fácil que se frene este fenómeno.
En los próximos meses, se conocerán más detalles sobre la subasta de espectro para desplegar el 5G, un proceso en el que Telefónica participará y del que espera salir en una buena posición. En el último folleto continuado que remitió a la CNMV, el pasado octubre, la ‘telco’ reconoce que se involucrará en las subastas que tendrán lugar en algunos de sus principales mercados, lo que implicará salidas de caja. Además del doméstico, concurrirá en el alemán o el británico.
Situación de O2
En este último país, el mercado vive pendiente de la situación de O2. Telefónica ha dejado claro que no tomará ninguna decisión con respecto a su futuro hasta que se determine el reparto de espacio para el 5G en este país, puesto que esto podría revalorizar la compañía. Entonces, podría presentar la esperada OPV. Algo, por cierto, a lo que no se han lanzado muchas empresas en el Reino Unido tras el brexit.
En Sudamérica, la compañía también se enfrenta a varias incertidumbres, tanto empresariales como macroeconómicas, como regulatorias. Algunas, afectan a grandes mercados como Brasil, México (Slim y AT&T) y Colombia (beligerancia del gobierno de Peña Nieto). En este sentido, cabe recordar que uno de los cambios que aprobó el pasado miércoles el Consejo de Administración de Telefónica es el de crear dos áreas en Hispanoamérica: Hispam Sur (Argentina, Chile, Perú y Uruguay) e Hispam Norte (Centroamérica, Colombia, Ecuador, México y Venezuela).
La primera estará comandada por Bernardo Quinn, quien hasta ahora estaba al cargo del departamento de RRHH Globales. La segunda, por Alfonso Gómez Palacio, que cederá el puesto de consejero delegado de Colombia -un país complicado en los últimos tiempos- a Fabián Hernández, uno de sus hombres de máxima confianza en este país.
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