El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) celebró este miércoles uno de sus más encendidos plenos, después de haber sido ninguneado por el Ministerio de Industria y Energía.
El Departamento que dirige José Manuel Soria cambió la redacción del texto del “Proyecto de Real Decreto para la gestión responsable y segura del combustible nuclear gastado y los residuos radiactivos”, después de que fuese informado por el CSN. El equipo del ministro introdujo un polémico párrafo que permitirá que la central nuclear de Garoña siga abierta, si así lo desean sus dueños, pero lo hizo a espaldas del supervisor nuclear.
Eso fue el viernes pasado, justo un día antes de que la central burgalesa entrara en situación de "cese de explotación". Y ayer miércoles, el pleno del CSN se reunió y criticó duramente la estrategia de Soria para buscar un resquicio legal que permita que Garoña no cierre definitivamente.
Según confirman fuentes cercanas al CSN, el malestar es general, de los cinco consejeros, incluidos los dos nombrados a propuesta del PP, el presidente, Fernando Marti,y Fernando Castelló. Este último ha llegado a comentar estos días pasados al equipo técnico del CSN su preocupación por lo ocurrido con Industria, aunque se ha mostrado confiado en que Soria devuelva el texto del proyecto de Real Decreto al CSN para que sea informado de nuevo.
A ninguno de los cincos consejeros del CSN, incluidos los dos del PP, les ha gustado que se haya cambiado el texto a sus espaldas y que ahora tenga que ser informado de nuevo
Más críticos han sido la antinuclear Cristina Narbona y su compañera, Rosario Velasco, las dos nombradas a petición del PSOE. Tienen el respaldo del partido para dar la batalla sobre este tema en los próximos plenos del CSN. Tampoco les ha ido a la zaga Antoni Gurgui, el consejero de CiU. Todos ellos han criticado estos días y ayer mismo en el pleno del CSN que la triquiñuela utilizada por Soria haya sido la de cambiar in extremis un texto ya visado por el CSN, pero que además versa sobre la seguridad del combustible nuclear y el papel de la Empresa Nacional de Residuos (Enresa), y no sobre si las razones para el cese o mantenimiento de actividad han de ser de seguridad o económicas.
Fuentes oficiales del CSN rehusaron ayer hacer comentario alguno sobre las deliberaciones del pleno celebrado por la mañana, pero el malestar de los consejeros se palpa en el día a día del supervisor y es extensible a todo su equipo técnico, señalan otras fuentes.
El caso es que ahora Soria tendrá que devolver el texto ya cambiado al CSN para que vuelva a informar sobre él. Lo hará previsiblemente por la vía de urgencia, para que en menos de dos semanas el pleno del supervisor vuelva a tratar el proyecto de Real Decreto y dé su visto bueno. Lo harán a regañadientes, señalan las fuentes consultadas, ya que no solo Industria ha cambiado el texto a espaldas del CSN sino que además les obliga a estudiarlo de nuevo y a toda velocidad, cuando se trata de una normativa sobre la seguridad del combustible nuclear.
Pero además, esta vez se prevé una fuerte disensión interna en las deliberaciones del pleno, que podrían acabar en una aprobación no por unanimidad como sí ocurrió en marzo, cuando se visó el texto.
La otra opción sería que Industria no escoja la vía de urgencia y envíe el texto al CSN por el procedimiento ordinario, lo que demoraría el proceso al menos cuatro meses.
Se ha abierto ya el plazo de audiencia pública de 15 días para que todas las partes presenten alegaciones sobre el Real Decreto que da pie a mantener abierta Garoña
Y el Gobierno no quiere que el lío sobre Garoña siga salpicando al sector, enfrentado de lleno con Industria por la reforma energética que previsiblemente mañana irá al Consejo de Ministros. Ya se ha abierto el plazo de audiencia pública de 15 días para que todas las partes implicadas presenten sus alegaciones al nuevo Real Decreto. Endesa e Iberdrola, propietarias de Garoña; las organizaciones ecologistas; las CCAA involucradas; y los sindicatos, entre otros agentes, tendrán que tener listas sus propuestas sobre el texto en sólo dos semanas.
Ahora, toca decidir a Soria si pide la vía de urgencia para que el CSN también dé su opinión, que es la más importante de todas las partes implicadas en el proceso.
Industria no ha conseguido solucionar el problema de Garoña y sacar la reforma energética al mismo tiempo y garantizarse así un verano y otoño tranquilos
Mientras tanto, en el seno del Gobierno no se ve con buenos ojos que Soria no haya sido capaz de solventar el lío sobre el cierre o no de Garoña a la misma vez que saca adelante, eso sí a trompicones, la nueva reforma energética. La reforma saldrá adelante este viernes, pero la polémica sobre la central nuclear seguirá enquistada en las próximas semanas, máxime cuando esta vez se prevé una reacción negativa de las representantes del PSOE en el seno del CSN.
Por su parte, tanto Greenpeace como Ecologistas en Acción ha redoblado estos días su batalla jurídica contra las decisiones del Gobierno con el objetivo de que Garoña cierre definitivamente.
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