Iberia será con sus trabajadores o, de lo contrario, no será. Fue el mensaje más claro sobre la aerolínea española que dejó el Día del Inversor de IAG, el evento elegido para la presentación del plan estratégico de la compañía que, por el momento, no es más que una declaración de intenciones con algunas luces y también sombras.
Como adelantó Vozpópuli, la información que se le trasladó al mercado este viernes no fue más allá de una serie de líneas generales, incluso menos detalladas aún de lo esperado. En su intervención, el consejero delegado y futuro presidente a partir del 1 de enero, Luis Gallego, repartió el tiempo entre la exposición del pasado y la semblanza del futuro y dejó bien claros dos mensajes: que Iberia es insostenible sin los acuerdos con los sindicatos y que la aerolínea española tiene futuro pero serán necesarios aún duros ajustes.
En la dirección de Iberia tenían claro que sería imposible presentarse en la reunión con inversores con el plan estratégico totalmente definido. Sin embargo, tampoco entraba en sus esquemas acudir con un peso tan reducido en la cartera. Al menos, esperaban unos mínimos avances para ir dotando de contenido el plan, avances que hasta el momento no se han producido.
Gallego se puso como plazo el fin de año para cerrar un acuerdo con los representantes de todos los colectivos, un límite que hasta ahora sigue vigente pero que se va volviendo más complicado de cumplir.
Vueling y British sí crecen
Esta vez se ha evitado la tormenta desatada el pasado año, cuando se presentó un plan sin contar con los sindicatos y con todas las cifras, las que apuntaban a un brutal recorte laboral. Sin embargo, también preocupa el hecho de que Iberia no haya sido capaz de ser un poco más explícita.
IAG parece tener las cosas algo más claras. El holding elevó su previsión de ingresos para 2015 de 1.600 a 1.800 millones, una revisión basada en el crecimiento de British Airways y de Vueling, para las que hay planes mucho más definidos. En el caso de Iberia, IAG no habla de crecimiento y sí de una necesaria reestructuración, que se podría traducir en nuevos recortes.
El clima no es demasiado tenso pero la inquietud no desaparece en torno a Iberia. El futuro de la compañía sigue siendo una incógnita y, por el momento, ni siquiera se han podido exhibir unas líneas generales para sustentar lo que la dirección tiene preparado para trasladar al papel lo que han reiterado a los sindicatos en sus primeros encuentros: que el repunte de la aerolínea podría iniciarse en 2014.
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