El consejo de administración, órgano rector de El Corte Inglés desde su fundación en 1940, volvió a moverse esta semana con la salida de Juan Hermoso, con una hoja de servicios de más de 40 años en la empresa y responsable de algunas decisiones inversoras como fue la apuesta por Hipercor.
El consejo ha vivido tantos cambios desde 2014 que ahora mismo se parece poco al que presidió Isidoro Álvarez en la última parte de su vida. Tan sólo Florencio Lasaga, Paloma García Peña y Carlos Martínez Echevarría son parte ya de la vieja guardia, mientras que Manuel Pizarro, las hermanas Marta y Cristina Álvarez, hijas de Isidoro, y el catarí Shahzad Shahbaz, no han cumplido aún tres años en la empresa.
Por su parte, Carlota Areces, representante de Corporación Ceslar (menos de un 10% del capital), sigue sin entrar en el consejo tras haber sido expulsada en la junta de accionistas de 2015 por "incumplir sus deberes de lealtad y secreto como administrador". Areces había expresado disconformidad con la entrada del jeque catarí Sheikh Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani en el grupo a través de la concesión de un préstamo de 1.000 millones de euros que le da derecho a un 10% del capital.
¿Más poder para Marta y Cristina?
Hermoso, que no ha querido en ningún momento desvelar cuánto ha obtenido por la venta de sus acciones, envió dos cartas en las cuales expresaba su agradecimiento al equipo de El Corte Inglés y explicaba los motivos personales por los cuales abandonaba los centros comerciales. El directivo aseguró haber vendido en vida de Isidoro Álvarez, hace más de dos años, la mayor parte de las acciones que poseía de la compañía y haberse quedado sólo con una parte necesaria para poder seguir sentándose en el consejo. Esta es la versión oficial, una salida producida de forma armónica.
La versión extraoficial, compartida por algunos empleados y medios de comunicación, es que esto supone de facto un mayor poder para las hermanas Álvarez, que entraron en el consejo tras la muerte de su padre y cuentan con el apoyo de Florencio Lasaga, a quien colocaron como presidente de la Fundación Ramón Areces, sociedad jurídica que ostenta el 36% del capital, rompiendo la tradición empresarial de que el presidente de ECI lo fuera también de la Fundación.
Gimeno perdió el control del principal accionista por sugerencia de las hermanas Álvarez
"Creemos que sí hay una guerra por el control de la empresa entre Dimas Gimeno y sus primas porque vemos los movimientos desde dentro: cada semana se cambian puestos en la compañía y nos dicen que unos provienen de Dimas y otros de las hermanas", asegura un empleado con más de 15 años en la empresa. Según la versión que ha calado en muchos de los empleados de El Corte Inglés, es una suerte de enfrentamiento entre una línea más aperturista, la representada por Gimeno, quien sería el responsable e impulsor del plan de desvinculaciones de la empresa, y Cristina y Marta Álvarez, que defenderían una línea más continuista. Desde la compañía se niega en todo momento que haya ningún tipo de enfrentamiento o ni siquiera visiones separadas.
Confabulaciones y cábalas
El propio y tradicional oscurantismo de la empresa hacia sus empleados (muchos de ellos aseguran que se enteraron por la prensa de la marcha de Juan Hermoso) es uno de los principales ingredientes que aviva el fuego de las especulaciones en torno a la posición de Gimeno y su poder real en la compañía. Según se indica, el joven directivo (41) fue el principal responsable del plan de bajas incentivadas, en el que ha habido empujones para dejar la empresa.
Tal y como informó este periódico, ese plan ha supuesto un préstamo financiero a ECI por valor de 165 millones de euros. El coste para la compañía, aseguran, ha sido alto y esto ha supuesto también alejarse de la vía tradicional por la que los empleados se desvinculaban de la compañía.
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