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El rival de Arturo Fernández en la patronal CEIM abandona 'Pocoyó' tras el preconcurso de Zinkia

Hilario Alfaro, que promete "aire fresco" para la patronal madrileña, rompe con la productora, en situación crítica, donde ha sido "defensor del bonista" más de tres años.

Hilario Alfaro, el empresario madrileño que disputará el próximo 24 de marzo a Arturo Fernández la presidencia de CEIM para “abrir las ventanas” de la patronal madrileña y llevar “aire fresco” a esta organización, inmersa en los escándalos, rompió hace unas semanas su relación con Zinkia, la productora de ‘Pocoyó’, que atraviesa una situación crítica por sus problemas financieros.

Desde 2010 hasta diciembre pasado, Alfaro fue comisario del Sindicato de Obligacionistas de una emisión de bonos lanzada ese año por la empresa presidida por José María Castillejo. Un puesto que el propio Alfaro define como el de “defensor del bonista” de Zinkia, que no conllevaba el cobro de retribución alguna (“No cobraba ni un euro”, aseguran fuentes próximas al empresario) y que, en la práctica, implicaba la asistencia a todos los consejos de administración de la compañía y la atención permanente a todos sus bonistas.

Alfaro, que anunció su candidatura para la presidencia de la patronal madrileña el pasado 3 de noviembre, dice que intentó dimitir de su cargo en Zinkia ya en junio pasado, cuando tomó la decisión de concurrir a las elecciones en CEIM y la empresa todavía no había entrado en preconcurso de acreedores, aunque la situación de la empresa ya fuera entonces muy complicada.

Sin embargo, ha permanecido en ese puesto más que otro fichaje de la productora cercano al poder madrileño, el exconsejero de Sanidad Juan José Güemes. Si este dimitió a principios de octubre (semanas antes del preconcurso), Alfaro permaneció vinculado a la productora hasta el pasado 9 de diciembre, cuando la Asamblea de Obligacionistas de Zinkia aprobó su gestión como comisario del Sindicato y tomó conocimiento de su dimisión a partir de esa fecha.

El aspirante a presidir CEIM asegura que ya intentó dimitir en la asamblea de obligacionistas de Zinkia convocada el pasado 12 de noviembre, día en que vencía la emisión de obligaciones simples de hace tres años. Pero la convocatoria se aplazó a diciembre por falta de quorum y la productora, que entró en preconcurso de acreedores el pasado 31 de octubre (podría entrar en concurso de forma inminente), ha optado por no devolver los 2,23 millones de euros que captó con esa emisión de 2010, suspender el pago del cupón al 9,75% y alargar el vencimiento del bono hasta 2015 elevando el interés del cupón hasta el 11% a partir de este año.

A la desesperada, Zinkia intentará lanzar otra emisión de bonos para captar liquidez

Zinkia, cuya deuda ronda los 11 millones de euros, comunicó el pasado día 23 a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una “desviación presupuestaria de más del 10% sobre las previsiones realizadas para el ejercicio 2013” y ha convocado una junta extraordinaria para el próximo martes en la que, a la desesperada, intentará lanzar una nueva emisión de bonos para captar liquidez, después fracasar la que había anunciado hace unos meses tras una dura y inusual advertencia de la CNMV.

Alfaro se convirtió en 2010 en “defensor del bonista” de Zinkia por su buena relación con algunos de los directivos de la compañía, incluyendo a su presidente y todavía primer accionista, Castillejo, que le pidieron incorporarse “como persona independiente” y no vinculada a una empresa que entonces “le gustaba”. Y asegura que en estos tres años sólo ha recibido “cuatro cartas de bonistas" y las ha contestado "todas”.

El empresario ha contrapuesto su historial intachable con el de Arturo Fernández (imputado en el caso Bankia y denunciado por numerosas irregularidades en su empresa, el grupo Cantoblanco) como aval ante las elecciones de marzo. "No he tenido ninguna sanción de Hacienda ni del Ministerio de Trabajo, llego completamente limpio y si tuviera algo detrás no me presentaría", ha apuntado Alfaro en una clara alusión al actual presidente de CEIM, que en 2007 sucedió a Gerardo Díaz Ferrán al frente de la patronal madrileña.

El aspirante también ha dejado claro que no cuenta con Lourdes Cavero, vicepresidenta de CEIM, esposa del presidente regional Ignacio González e imputada el pasado diciembre por un presunto delito de blanqueo.

El próximo 24 de marzo, por primera vez en los 36 años de historia de la asociación, los empresarios madrileños tendrán la oportunidad de elegir entre varios candidatos en lugar de ratificar la continuidad del presidente, como ocurría hasta ahora. 

Bajo el lema 'De otra manera', la candidatura liderada se basa en cinco "pilares": "independencia", "transparencia", "eficiencia", "utilidad" y "liderazgo", valores "básicos" pero alejados del día a día de la organización, según ha dicho el empresario, que ha prometido no "hacer negocio" con las administraciones públicas ni entrar en ningún consejo de administración público o privado si alcanza la presidencia.

Alfaro, que dirige una cadena de comercio textil fundada por su abuelo (actualmente tiene seis tiendas y unos 20 trabajadores), es fundador y presidente (desde 2002) de la Confederación de Comercio de Madrid (Cocem), que aglutina a más de 100 organizaciones. Es vicepresidente de la Confederación Española de Comercio (CEC) y entre 1999 y 2007 presidió la Asociación Empresarial de Comercio Textil y Complementos (Acotex). También ha sido presidente de la Comisión de Comercio de la patronal madrileña, formó parte del comité ejecutivo de CEIM-CEOE y ha sido vocal de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid.

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