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La realidad de la huelga de taxis: Cabify apenas les quita el 1% de todo el mercado

La compañía factura algo más de 20 millones en un mercado que se estima puede valer entre 2.500 y 4.500 millones, aunque la mayoría de esa actividad se hace en Barcelona y Madrid

Los sindicatos han movilizado est miércoles en Madrid y en Barcelona a cientos de taxis, donde su intento de colapso de las principales vías de la ciudad ha sido todo un éxito provocando esperas de muchos minutos. Los mensajes de algunos de sus líderes hablan de "nos están matando" o de "lucha hasta el final". ¿Pero es esto realmente así?

Aparentemente, los fríos números no apoyan la idea de que las aplicaciones VTC (Uber y Cabify, principalmente) estén quitando negocio a los taxistas hasta el punto de que amenacen su supervivencia. Al menos, a corto plazo. Cabify, la empresa de VTC líder en España ahora mismo, con presencia en Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia, Bilbao y Coruña (estas dos sólo para clientes corporativos), publicó resultados el pasado verano y ha facturado en toda España 18 millones de euros en 2016, según datos facilitados por Infoempresa.

Es una subida muy fuerte respecto a los 5,5 millones de 2015. Hay que tener en cuenta que Cabify funciona también con Maxi Mobility Transporte de Viajeros, donde tiene 276 licencias de VTC. Esta empresa facturó 2 millones en 2015. Entre ambas superarían los 20 millones de euros.

Pero incluso con esto, la cifra de negocio de Cabify languidece frente al valor del sector de transporte urbano en su conjunto, que según la CNMC estimó con datos del INE ascendía a 2.320 millones de euros en 2013. Aunque hubiera subido (las tarifas apenas lo han hecho en este periodo), la facturación del total del sector superaría con creces el 99% del total del mercado y dejaría a Cabify menos del 1%.

Esta concentración se produce sobre todo en Barcelona y Madrid, precisamente las dos capitales donde más están notando los taxistas la competencia de las VTC. Hay que tener en cuenta que entre ambas superan holgadamente el 50% del mercado del taxi en España (Madrid aproximadamente un tercio, Barcelona algo más de un 20% según estimaciones de CNMC).

Este año, con el caso de los coches de Cabify ardiendo en Sevilla que puso a la empresa en portadas de telediarios y periódicos, la 'startup' participada por Seaya Ventures, fondo relacionado con BBVA, espera facturaciones muy superiores.

El impacto real de Uber en el sector es menor a su impacto mediático

Por su parte, Uber es un claro ejemplo de empresa cuya realidad diaria está muy por debajo de su impacto mediático. Es imposible saber cuánto factura en nuestro país porque utiliza una fiscalidad compleja que tributa en Holanda. Pero fuentes del sector coinciden en restarle la grandeza que se le da, al menos en España, porque solamente ha entrado en Madrid hace año y medio y no está en Barcelona ni en el resto de ciudades y apenas cuenta con unos cientos de coches. Su facturación posiblemente supera varios millones, pero se mantiene como el secreto mejor guardado.

Facturación del taxi

Si el negocio real que Uber tiene en España es opaco (como el de Amazon, Google, Facebook, Airbnb y tantas otras tecnológicas estadounidenses), el del sector del taxi en general no lo es menos. Este periódico ha recopilado dos estimaciones más que superan a los 2.500 millones que calcula CNMC.

Según fuentes internas del taxi, la facturación real de este segmento estaría en unos 3.500 millones de euros. Según fuentes del sector VTC que prefieren mantener el anonimato, sería superior, de entre 4.500 y 5.000 millones:  "300.000 viajes se hacen al día en Madrid con una media de 14 euros por viaje. Esto nos da un mercado de 1.500 millones sólo en Madrid, que extrapolándolo al resto del país serían esa cifra".

Uber prevé que las licencias de taxi valdrían la mitad si hubiera liberalización

En cualquier caso, todas estas estimaciones son imposibles de comprobar. Incluso la Agencia Tributaria desconoce el valor real de la facturación del sector del taxi debido a la tributación mediante módulos.

Por tanto, las manifestaciones de taxistas se producen en una situación de tensión para el sector, pero donde hay margen de sobra para una reacción. "Hay algo de protesta política en todo esto, con la intención de agitar la calle y que realmente no se centre en los problemas reales que tiene el sector". Opina un miembro experto de una de las principales asociaciones de taxis.

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