La Sierra Madrileña es sin duda uno de los grandes atractivos del centro peninsular. Un destino que en poco espacio esconde todo tipo de tesoros, en forma de pueblos con encanto, carreteras donde perderse y propuestas gastronómicas que no dejan de sorprender con el paso de los años. Una de ellas es Montia, un pequeño y vanguardista restaurante escondido en las entrañas de San Lorenzo de El Escorial y al que nos dirigimos a bordo del no menos vanguardista Hyundai Ionic a través de una ruta cruzando numerosos pueblos y pequeñas localidades que salpican la geografía madrileña.
Porque la tecnología híbrida del Ionic no solo proporciona una conducción agradable y eficiente en ciudad, sino que brilla fuera de ella gracias a un cambio automático de doble embrague de última generación que se combina a la perfección con el sistema híbrido eléctrico/gasolina y sus 141 CV. Una propuesta que en carretera brinda todo el dinamismo necesario para disfrutar de la conducción... y de unos ajustadísimos consumos.
Nos dirigimos con él desde la capital española hacia la sierra madrileña, en un recorrido por el que atravesamos la Sierra de Guadarrama, alcanzando el Puerto de Los Leones y desviándonos al coronarlo hacia su izquierda por una estrecha carretera por la que llegamos a Peguerinos, ya en la provincia de Ávila, descendiendo después por un espectacular trazado que finaliza tras cientos de curvas en San Lorenzo de El Escorial. Un recorrido al que el Ionic se adapta a la perfección, con un propulsor que gracias a la ayuda del sistema eléctrico responde desde bajas velocidades de forma muy progresiva. Casi cien kilómetros que nos lleva cerca de dos horas al volante... y que nos abre el apetito.
Ya en San Lorenzo de El Escorial nos dirigimos a Montia, bien guiados por el navegador del Ionic, un sorprendente restaurante escondido en pleno corazón de esta emblemática localidad de la sierra madrileña. No es fácil encontrarlo, y su ubicación entre estrechas calles requiere acceder en ultima instancia a través de una escalera de piedra que se integra a la perfección entre las pequeñas calles.
En el interior nos encontramos con un local muy cuidado en su puesta en escena, minimalista en cierto modo y con multitud de motivos que, como la cocina, se relacionan con la sierra madrileña. Y es que en Montia apuestan por productos ecológicos que proceden en su mayoría de su entorno cercano, desde los diferentes panes a la carne, pasando por las setas, las hortalizas o las verduras, que llegan de pueblos de alrededores y de otros muchos de la Sierra Norte de la Comunidad de Madrid.
Un cuidado en la elaboración de los platos a través también de las diferentes hojas y flores que los mismos Daniel Ochoa y Luis Moreno, propietarios y cocineros de Montia, recogen en sus excursiones por la sierra y que son la base de una cocina muy personal. Empezaron de cero en 2012 y en apenas tres años obtuvieron la primera Estrella Michelin. Un reconocimiento inesperado para ellos cuando iniciaron su andadura, pero que no ha hecho sino confirmar el buen trabajo realizado en estos cinco años de vida.
La carta varía mucho y se adapta a los productos de temporada, aunque también algunos platos se han convertido ya en un clásico, como los callos o el Bufalo Grill, carne de búfalos criados en Colmenar Viejo nada menos. Cervezas artesanales, una carta de vinos muy variada tanto españoles como italianos y franceses seleccionados por ellos mismos y unos postres muy cuidados conforman una oferta gastronómica sorprendente y que merece la pena conocer. Y todo ello con unos precios nada prohibitivos, desde 45 euros el denominado menú corto hasta los 65 del menú XL, que incluye siete aperitivos, seis platos, degustación de quesos y dos postres.
Tras despedirnos de Daniel, retomamos el contacto con el Ionic para regresar hasta Madrid ya por autopista. Un trayecto ahora mucho más corto, apenas tres cuartos de hora, en el que comprobamos que el novedoso híbrido de Hyundai permite viajar con absoluto confort. Rápido y silencioso a ritmo de autopista, comprobamos el consumo en estas condiciones, y apenas llegamos a una media de poco más de cinco litros.
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