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Ibercaja, el último fichaje de Guindos para el banco malo: aportará 70 millones

La entidad presidida por Amado Franco participarán en las dos próximas ampliaciones de capital de la Sareb. La primera, prevista para finales de año, con alrededor de 50 millones en capital. El resto, lo destinará a la compra de deuda.

Economía va completando la lista de inversores que se convertirán en accionistas del banco malo en la segunda ampliación de capital prevista para antes de fin de año. Tras la entrada inicial de la gran banca, salvo BBVA, en este segundo tramo aparecerán las aseguradoras y los bancos sanos de menor tamaño, como Ibercaja. La entidad presidida por Amado Franco se ha comprometido en la última semana a aportar un total de 70 millones para la Sareb.

La aportación de Ibercaja se efectuará en dos fases. En esta segunda ampliación de capital, la entidad aragonesa inyectará alrededor de 50 millones, mientras que en la última fase, que cubrirá la entrada de los activos tóxicos de BMN, CEISS, Caja 3 y Liberbank, participará con unos 20 millones en la compra de deuda subordinada avalada por el Estado. 

El banco malo debe levantar en los mercados hasta 62.000 millones de euros en deuda avalada para pagar los inmuebles y la cartera de crédito promotor que le transferirán la banca con ayudas (las nacionalizadas Bankia, Novagalicia, CatalunyaCaixa y Banco de Valencia antes de diciembre; y Liberbank, BMN, Caja3 y Caja España, a principios de 2013).

La Sareb descartaba pagar dividendos y el cupón hasta avanzar en la amortización de esa deuda. En el proceso de configuración y atracción de accionistas al capital, algunas entidades reclamaron adelantar el pago de dividendo para recuperar cuanto antes parte de la inversión. Como pronto, el banco malo no podría retribuir a sus accionistas hasta el tercer año. Según el plan de negocio de la Sareb, este instrumento registrará pérdidas, al menos, en sus dos primeros años.

Los accionistas del banco malo o Sareb tendrán que esperar, al menos, hasta el quinto año de su funcionamiento para rentabilizar parte de la inversión con el cobro de dividendos, aseguran fuentes del sector. El vehículo, constituido el pasado miércoles con un capital inicial de 3.600 millones de euros, proyecta una rentabilidad anualizada del 14-15% a lo largo de sus quince años de vida. Pero en los primeros ejercicios priorizará el repago o amortización de la deuda senior que ahora emita.

Las autoridades españolas cuenta con el compromiso de inversión de Mapfre (50 millones), Mutua Madrileña (30 millones), Axa (10 millones) o Catalana Occidente (10 millones) o Cajamar Cajarural (61 millones). También participará el fondo buitre Cerberus, que ha fichado recientemente a José María Aznar Botella, hijo del ex presidente del Gobierno José María Aznar, para completar esta operación. No se descarta la participación de las filiales españolas de Barclays o Deutsche Bank, pero con una aportación minoritaria.

Estas firmas aparecerán en la segunda y tercera ampliación de capital de la Sareb. En el primer tramo, el FROB y los cinco bancos aportarán 827 millones de capital. El resto, hasta los 1.700 millones, se aporta mediante la compra de deuda de la Sreb. De estos 827 el FROB pone 397 y los bancos 430. El Santander pone 164, La Caixa 118, Sabadell 66, Popular 57 y Kutxabank 25. Para completar todo el capital necesario faltarían 3.800 millones que se repartirán entre las dos ampliaciones de capital, una que será antes de final de año previsiblemente y la otra antes de marzo.

En total, el grupo Santander, incluido Banesto, y La Caixa invertirán en el banco malo hasta 1.200 millones de euros entre capital y deuda. La cifra que depositará en la Sareb el Santander rondará los 700 millones, mientras que la parte de Caixabank oscilará los 500 millones. En un principio, la aportación asignada a cada uno de los tres grandes ascendía a 500 millones. Mientras, Sabadell y Popular aportarán unos 250 millones cada uno. Kutxabank, por su parte, invertirá 100 millones.

La Sareb necesitaba contar con más del 51% de capital privado, antes del 31 de diciembre, para que pudiera completar la transferencia de todos los activos tóxicos inmobiliarios de las cuatro entidades nacionalizadas, según exige el Memorando de Entendimiento (MOU, en inglés). Con la aportación de la banca sana se cumple ya con esta norma.

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