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Florentino deja boquiabierto al mercado: culpa a Iberdrola del desplome de ACS

El presidente de ACS, Florentino Pérez, fue capaz de sorprender a los mercados con una de sus afirmaciones en la junta de accionistas de la constructora. El ejecutivo justificó el fuerte castigo que han sufrido las acciones de la compañía en el mercado por el efecto de arrastre de su participada Iberdrola, de la que aun controla cerca del 15%.

Los accionistas de ACS recibieron una explicación muy peculiar por parte del presidente de la compañía acerca del comportamiento negativo de los títulos en el mercado. Si el grupo constructor acumula un retroceso del 41% en lo que va de año es por culpa de su participada Iberdrola, que ha provocado un efecto de arrastre.

Sin embargo, las tozudas cifras del mercado se empeñan no sólo en desmontar el argumento de Florentino Pérez sino además en darle la vuelta por completo. Es decir, ACS no cae por causa de Iberdrola sino que los descensos de la eléctrica han sido en buena parte provocados por ACS.

El punto de inflexión se sitúa a mediados del mes de abril, cuando el grupo constructor anunció la colocación en el mercado de un 3,7% de Iberdrola. Desde que comenzó el ejercicio hasta esa fecha, la eléctrica acumulaba un descenso en su cotización del 15,7%, muy similar al registrado por el Ibex-35 (-15,4%) pero claramente inferior al registrado por ACS, cuyas acciones perdían en esos cuatro meses y medio más de un 27%.

A partir de entonces, los caminos de ACS e Iberdrola han ido prácticamente en paralelo. Desde la colocación de este paquete, provocada por la ejecución de bancos acreedores de la constructora, Iberdrola se deja un 19,5% en bolsa, mientras que ACS pierde un 19%. En este mismo periodo, el Ibex-35 se ha dejado un 15,5%. Es decir, que Iberdrola ha pasado de ir de la mano del índice selectivo a ir de la mano de su principal accionista.

Objetivos complicados

Pero no fue el único mensaje pintoresco que Florentino Pérez dejó a los accionistas en la asamblea. También señaló que el objetivo para 2013 es reducir la relación entre deuda y beneficio bruto de explotación (Ebitda) a 2,5 veces. Una meta que se traduciría en recortar la deuda en casi 6.000 millones de euros para que quedara en el entorno de los 6.700 millones. Algo que se antoja complicado y peligroso al mismo tiempo, ya que debería reducirse a golpe de venta de activos, estrategia que sigue y seguirá llevando a cabo la compañía y que, por el momento, le ha situado en un complicado escenario.

Además, Pérez aseguró que España debe tomar medidas adicionales para reactivar la economía, fomentar la inversión y crear empleo, ya que el pago de las administraciones públicas a proveedores, la reforma financiera o la flexibilización laboral son reformas insuficientes.

El presidente de ACS reconoció, no obstante, que la medida destinada a que los ayuntamientos y CCAA afronten sus deudas con proveedores es una decisión "valiente" y "beneficiosa" que va a suponer una inyección de liquidez muy beneficiosa a corto plazo para todas las empresas y, por tanto, para la economía del país.

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