El incremento del préstamo de valores que se ha registrado desde que se decretó el fin del veto a las posiciones cortas afecta a algunos de los principales valores del Ibex-35, el índice selectivo del mercado español. Compañías como Iberdrola, BBVA y Santander cuentan con más del 10% de su capital a préstamo, una circunstancia que tiñe a la Bolsa de un tono especulativo que resulta contraproducente.
El movimiento ha afectado también a las compañías del sector constructor, cuya cotización ya había sido afectada por las posiciones cortas antes de decretarse la última prohibición por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Sin embargo, lo más impactante para el mercado ha sido el incremento de las prestadas en los blue chips, los grandes valores del mercado español. Así, Iberdrola, que ya contaba con un 14% de su capital a préstamo debido sobre todo a la salida encubierta de su capital por parte de ACS, ha visto como este porcentaje se sitúa ahora en torno al 18% poco menos de un mes después de que se levantara el veto a las posiciones cortas.
Algo similar ha sucedido con el BBVA. Algo más del 14% de sus acciones se encuentran actualmente a préstamo en el mercado, una cifra que se situaba por debajo del 10% al cierre del pasado ejercicio, cuando se mantenía el veto a los cortos. El porcentaje de prestadas de Banco Santander también se encuentra rozando el 10%, cuando antes del levantamiento de la prohibición apenas se elevaba al 8%.
Entre las compañías constructoras de mayor capitalización, el incremento del préstamo de valores también ha sido significativo en las últimas semanas. Por encima de todos los valores, ACS, que ha pasado de tener un 6,5% de su capital prestado al 13,2% tras la eliminación del veto a las posiciones cortas. El grupo que preside Florentino Pérez es uno de los más castigados por las posiciones cortas incluso antes de que se estableciera la prohibición.
Otros ejemplos son Acciona y FCC, que figuran entre los valores con un peor comportamiento en lo que va de año. Los especuladores se han cebado con estos valores, que acumulan descensos superiores al 20% desde que se inició el ejercicio, y también con otros como Abengoa, que se deja un 15% desde enero.
El incremento del préstamo de valores añade presión a las cotizadas que lo sufren en tanto en cuanto los prestatarios deben devolver estas acciones en un determinado periodo de tiempo, lo que genera la obligación de adquirir acciones y someter al valor a un calentamiento artificial.
Esta circunstancia deja expuestos a valores excesivamente prestados a fuertes fluctuaciones en Bolsa, que pueden ir en aumento cuanto más alto sea el porcentaje de las prestadas. De ahí que sea un aspecto delicado que el fenómeno afecte a las compañías con una mayor capitalización bursátil.
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