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La oferta de los sindicatos de Iberia trata de salvar el pacto que IAG quiere enterrar

Los trabajadores de Iberia trasladarán a la compañía una propuesta para negociar el plan de ajuste de la aerolínea cuyas líneas fundamentales contemplan la congelación salarial hasta 2015 y el mantenimiento de las rutas a Latinoamérica. Los sindicatos también insisten en la necesidad de hacer prevalecer el ERE actualmente en vigor, como refleja el acuerdo alcanzado el pasado diciembre en el SIMA. Las centrales han convocado a la dirección de Iberia para negociar la semana que viene.

Los sindicatos de Iberia han debatido durante dos largas mañanas cuál debería ser su postura ante la negociación con la compañía y, especialmente, la última propuesta de la dirección de la aerolínea. Lo que en principio parecía que iba a ser una inevitable convocatoria de huelga se ha transformado en una propuesta propia de los representantes de los trabajadores para negociar con la empresa.

La clave de este cambio ha sido el mensaje lanzado en esas reuniones sindicales sobre el acuerdo alcanzado con la dirección de la aerolínea con la mediación del SIMA. Al contrario de lo que sucedía a comienzos de diciembre, cuando los sindicatos convocaron unos paros para los días previos a las vacaciones de Navidad que posteriormente no se llevaron a cabo, ahora los representantes de los trabajadores sí tienen algo que conservar: precisamente el mencionado pacto del SIMA.

De ahí que la propuesta de los sindicatos a Iberia vaya precisamente en la línea de defender los mínimos alcanzados en ese acuerdo que tanta indignación ha generado en el seno de IAG, especialmente en la parte británica, que entiende que el acuerdo otorgaba demasiadas concesiones a los sindicatos e impedía que el holding pudiera llevar a cabo su estrategia respecto a Iberia. 

Así, los sindicatos han llegado a la conclusión de que la beligerancia no tendría ahora tanto sentido dado que pueden presumir de haber conseguido algunos avances que, además, cuentan con la firma de la dirección de Iberia. De ahí que su siguiente paso sea plasmar los contenidos del pacto del SIMA en las negociaciones para terminar de perfilar el plan de ajuste.

Defender el terreno ganado

Algunas fuentes sindicales apuntaron a Vozpópuli que los términos del acuerdo del SIMA son inamovibles y que, puesto que están firmados, deben cumplirse. Sin embargo, en contra de los representantes de los trabajadores cuentan dos factores: en primer lugar, que la parte británica de IAG está dispuesta a que el acuerdo se convierta en papel mojado.

En segundo lugar, que la flexibilidad mostrada por la aerolínea española a mediados de diciembre a la hora de llegar al citado pacto fue producto de la división de opiniones existente en el seno del consejo de administración de la empresa, en los que algunos son partidarios de seguir las consignas del holding mientras que otros consideran que la hoja de ruta diseñada desde Reino Unido contribuye a dejar bajo mínimos a Iberia. 

La próxima semana, Iberia y los sindicatos deberán reunirse para debatir la propuesta de la aerolínea, que ratifica puntos clave del acuerdo del SIMA, como la prevalencia del ERE actualmente en vigor a la hora de llevar a cabo los despidos y el mantenimiento hasta 2017 de los negocios de mantenimiento y handling en contra de la segregación que se contempla en el llamado Plan de Transformación diseñado por Iberia. Como aspecto novedoso incluye la propuesta de congelar los salarios hasta 2015 y, si fuera necesario para lograr los objetivos incluidos en el acuerdo, proceder a las rebajas salariales añadidas que fueran necesarias.

La oferta de los sindicatos también incide en la importancia de las rutas a Latinoamérica después de que Iberia decidiera dejar de volar a destinos como Cuba y Santo Domingo a partir de abril. Y en el hecho de que no se generen dudas sobre posibles desvíos de rutas de Iberia a British Airways. Puntos éstos que no pudieron en su día ser incluidos en el acuerdo del SIMA.

Por su parte, Iberia ha recibido como una buena noticia la existencia de una propuesta sindical, un guante que la compañía no ha dejado de lanzar a los representantes de los trabajadores desde el rechazo inicial de estos al Plan de Transformación y que, finalmente, ha conseguido que las centrales lo recojan.

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