Atrapada en números rojos, Iberia, la compañía buque insignia de las aerolíneas españolas, trata de rehacerse. Fundada en 1927, desde 2010 Iberia es parte de IAG, el holding formado con la británica British Airways (BA) para liderar el cielo europeo y también mundial (es la quinta aerolínea); pero el tándem ya conoce sus primeras grietas: mientras BA obtuvo beneficios moderados durante el primer semestre de 2012, con 13 millones de euros, las cuentas de Iberia se desplomaron, hasta perder 263 millones en ese mismo periodo. Algo que ha indignado a los asociados británicos, que han exigido un plan de reestructuración y que incluso han enviado a uno de sus directivos, Gavin Halliday, a dirigir la rama comercial de la aerolínea española.
El plan de reestructuración llegará en otoño y será tremendo. Lo anunció el CEO de AIG y de BA Willie Walsh a comienzos de agosto, y contempla despidos puros y duros, reducciones de jornada y tajos salariales. “El plan de acción de Iberia afectará al tamaño de la compañía, a las condiciones laborales y al volumen de empleo”, señaló hace un par de semanas el consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano en una carta a todos los empleados, alrededor de 20.000. Pero mientras la dirección busca fórmulas para aplicar la última reforma laboral española en toda su extensión, Iberia crece por otra parte: el plan de reestructuración convive con un plan de expansión focalizado en la nueva low cost, Iberia Express.
Lanzada el pasado mes de marzo, fuentes de la compañía de bajo coste han comentado al portal turístico Preferente.com que, por el momento, la apuesta “está dando buenos resultados”. Tan buenos, que la proyección de Iberia Express salta a la vista: de 11 aviones actualmente, Iberia quiere cerrar el ejercicio anual con 14, que pasarán a ser 40 en 2014, según las estimaciones de la compañía.
Iberia Espress quiere pasar de 11 aviones actualmente a 40 en 2014, así como doblar su plantilla
Algo parecido sucederá con la plantilla: si inicialmente la intención era contratar a 500 empleados, en dos años Iberia quiere tener a mil personas, esto es, el doble, dedicadas a su low cost. Solo en febrero, la filial barata de la aerolínea había recibido 18.000 currículums vitae para… 125 puestos de trabajo que se ofertaban entonces.
De la contradicción que rodea a Iberia –crecer por un lado, adelgazar por otro- ya han tomado buena cuenta los representantes de los trabajadores, encabezados por el sindicato de pilotos Sepla. Durante todo el año, el colectivo de pilotos (que normalmente no ha actuado al alimón con el resto de sindicatos) lleva guerreando con la dirección (huelga y litigio judicial incluidos), a la que acusa de crear Iberia Express como ariete para despedir en la casa madre, Iberia Operadora. Ahora, el Sepla se niega a negociar ningún ERE mientras continúe “la cesión de la producción a la participada Vueling y a la franquiciada Air Nostrum”, según una carta remitida a los afiliados y publicada ayer por Preferente.com.
Las armas están alzadas. Hace pocos meses se publicó un laudo arbitral que enfrentaba al Sepla y a Iberia y que reconocía la legalidad de Iberia Express y la rebaja de sueldos, entre otras conclusiones. Pero no hablaba de reducir la plantilla. En adelante, es posible que el Sepla y otros sindicatos, como los mayoritarios CCOO y UGT, cooperen ante la pretensión de la aerolínea de reducir puestos. En las próximas semanas se conocerán más detalles, pero la guerra en la histórica compañía aérea ya está servida.
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