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El perfil del nuevo consejero delegado del Ibex: leal, profesional... y sin intención de mover la silla al jefe

Eso puede aplicarse a los nombramientos en los últimos tiempos en las principales compañías del Ibex. Han llegado consejeros delegados jóvenes, leales, de profesionalidad intachable, pero no demasiado ambiciosos. 

José Ignacio Goirigolzarri dejó BBVA, de la misma manera que hace unos años Ángel Corcóstegui o Francisco Luzón hicieron lo propio en Santander. Los tres tenían una característica común: aspiraban, con mayor o menor disimulo, a la presidencia de sus compañías. Ayer, Juan María Nin dejó su puesto de consejero delegado en La Caixa, siendo sustituido por Gonzalo Gortázar, que cumple a la perfección el perfil exigido en los últimos tiempos para ser CEO en el Ibex: muy profesional, joven, pero también de gran lealtad al presidente y, por supuesto, sin ánimos sucesorios.

Todo lo contrario le ocurría a Nin, quien ya en el Sabadell mostró una ambición desmedida por el sillón que mantiene José Oliu, lo que se transformó en una salida abrupta de la entidad hacia La Caixa: el día de autos, en plena rumorología, Nin negó a Oliu en persona su marcha rumbo a la Avenida Diagonal. Por la tarde, se confirmó. Un Oliu más precavido contrató a Jaume Guardiola, del BBVA, para que ocupara realmente las funciones tradicionales del número dos del banco, es decir, la gestión del balance y la relación con la red.

Nin ya había decidido que quería estar en la estrategia y no contando los euros que tenía o debía el banco y había embarcado al Sabadell en una operación más que controvertida: la compra del Urquijo. En La Caixa repetiría: en lugar de estar vigilando el saldo entre activo y pasivo a diario, lideró la compra de la banca privada de Morgan Stanley (ex AB Asesores) o la expansión internacional con el Bank of East Asia. Fainé lo vio venir y ya puso algunas barreras de protección con personas de su confianza absoluta. Algunos de los recientes nombramientos pueden haber sido el desencadenante de la marcha de Nin.

Adiós al bancario tradicional

En el caso bancario, parece claro que desaparece la figura del consejero delegado de toda la vida, volcado en los depósitos y los créditos, reemplazado por un nuevo ejecutivo, mucho más relacionado con los mercados de capitales, la relación con los inversores y la internacionalización. Y, por supuesto, de la total confianza del presidente.

En el Santander, el nuevo consejero delegado, Javier Marín, además de ser el anterior secretario personal de Emilio Botín, es un hombre procedente de la banca privada y la gestión de activos. Enfila por delante un amplio proceso de salidas a Bolsa de fliliales. Tiene menos de 50 años. Igual que Gortázar. 

En Bankia, José Sevilla acaba de ser nombrado CEO. Sevilla era un analista bursátil y experto en banca de inversión en FG Valores. Posteriormente llevó estrategia y riesgos en BBVA y tuvo experiencia internacional en Bancomer. Es un hombre de la máxima confianza de Gorigolzarri. En el BBVA, Francisco González también ha colocado como número dos a Ángel Cano, un ejecutivo joven, con experiencia financiera, en tecnología y recursos humanos, pero que nadie imagina como presidente de la entidad a medio plazo.

En Madrid y Londres

Gortázar es otro experto en banca de inversión. Fichado de Morgan Stanley en 2009 para sustituir en Criteria a Francisco Reynés, ha trabajado siempre en Madrid y Londres. Como anécdota, comentan que en Morgan fue el analista senior del propio proceso de compra de AB Asesores, realizando los informes que iban directamente al jefe para Europa, Richard di Martini. Un hombre de gran prestigio en los mercados financieros y los investor relations internacionales que puede ser clave en las relaciones con el Banco Central Europeo (BCE) y tener mucho que decir en un proceso de internacionalización. Pero no es un banquero, ni un hombre de red. Tampoco es catalán ni tiene ascendencia en la región, por lo que queda descartado automáticamente para pensar en él como delfín de Fainé.

También fuera de la banca

No sólo los bancos están eligiendo este perfil de consejero delegado. También Ignacio Galán en Iberdrola ha nombrado número dos de la eléctrica a una persona totalmente de su cuerda , algo que le ha valido más de una crítica por una actitud para con el buen gobierno algo laxa. En Telefónica, José María Álvarez Pallete también procede de la Bolsa y recientemente se ha visto fortalecido, tras la eliminación en cargos ejecutivos de personas como Santiago Fernández Valbuena o Eva Castillo. Pero si César Alierta hizo eso con estos ejecutivos, que se sentían presidenciables los dos, también podría hacerlo con este.

Resulta inevitable hablar de Repsol y la marcha de Pemex, quien insistió una y otra vez en que se contratara un head hunter que seleccionara al mejor ejecutivo petrolero del mundo para ocuparse del día a día. 

Los mexicanos querían un profesional contrastado, elegido únicamente por su valía, sobre el que descansara la compañía, al margen de las intríngulis políticas que han rodeado históricamente a esa empresa. Pero no ha podido ser y el nuevo CEO es el ex político nacionalista vasco Josu Jon Imaz, en un movimiento de difícil comprensión por parte de la comunidad financiera internacional. 

Desde hace un tiempo tiempo, los fondos de inversión extranjeros están criticando la elección de consejos de administración demasiado afines en las compañías del Ibex, para perpetuar a sus presidentes. Ahora, también podrán quejarse de ejecutivos afines y poco conflictivos. La carrera sucesoria en el Ibex, que nunca fue sencilla, se ha puesto más cara que nunca. 

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