Coca-Cola European Partners (CCEP), la compañía resultante de la fusión de las embotelladoras británica (también francesa, del Benelux y Escandinavia), alemana e ibérica, ya se ve impactada por el brexit. La depreciación de la libra esterlina frente al euro, la moneda a la que está referenciado el grupo, ha hecho perder un 12% los ingresos en aquel país. Y eso que la votación se produjo el 23 de junio y el efecto sólo se ha hecho sentir en la mitad del año. En este periodo la divisa británica ha caído un 17%.
El nuevo grupo con el que Atlanta ha incrementado su control sobre las embotelladoras que aún tenía fuera de su alcance en Europa, singularmente sobre la española que provenía de embotelladoras regionales (Cataluña, Valencia, Sevilla, Madrid, Coruña, Bilbao, Lisboa, también cerraron Alicante o Mallorca) y las unió en una sola compañía con sede en... Londres. Curiosamente su salida a bolsa se produjo tan sólo unos días antes del referéndum promovido por David Cameron y en tan sólo 6 meses, la que era su principal filial ha pasado a ser adelantada por la alemana y por la lusoespañola en el último trimestre de 2016.
El mercado británico pasa de aportar el 23,5% al 20% del total en el último trimestre. España y Portugal pasan del 21% al 23% después de subir un 8%. Los ingresos de la compañía en todo 2016 alcanzaron los 10.900 millones de euros, lo que supone una caída pro forma del 1,4%.
Gran Bretaña es, junto a Alemania e Iberia, uno de los tres mercados vitales para este nuevo grupo, facturando entre todos 3 de cada cuatro euros. Por tanto los británicos suponen un 25% del riesgo que tiene la empresa, que asegura que "ha habido aumentos sólidos en precios y volúmenes pero no suficientes para compensar la caída de la libra".
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