La Generalitat de Cataluña aún podría tener algo que decir en la operación de compra de Abertis, que controla la mayoría de las concesiones de autopistas en la comunidad autónoma. El hecho de que la compañía que preside Salvador Alemany vaya a cambiar de manos abre la puerta a que la Generalitat pueda revocar las concesiones que le otorgó en su día. Una circunstancia que ha sido tenida en cuenta por Hochtief., filial de ACS, que peleaba con la italiana Atlantia para hacerse con el control de Abertis (desde hace algunos días, ambas negocian para una adquisición conjunta de la concesionaria).
Alertada de que podría encontrarse con una desagradable sorpresa, Hochtief solicitó a la Secretaría de Infraestructuras y Movilidad del Departamento del Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña una solicitud de autorización para el cambio de control que se producirá en la sociedad que controla de forma indirecta las sociedades titulares de concesiones de autopistas en la comunidad autónoma. Este trámite fue realizado muy a última hora por parte de la filial alemana de ACS, concretamente el pasado 14 de febrero, según se recoge en el folleto de la OPA sobre Abertis aprobado este lunes por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Un aspecto que llama la atención en tanto en cuanto la oferta fue registrada en el organismo supervisor el pasado 18 de octubre y, a partir de entonces, comenzaron a formularse las preceptivas autorizaciones a los organismos correspondientes de los países en los que opera Abertis, además de a la Comisión Europea e incluso al Gobierno de España, aun sin estar claro que estas últimas fueran necesarias.
En el caso de Atlantia, el folleto de la OPA del grupo italiano (que compite con Hochtief por la compra de Abertis), aprobado el 9 de octubre, ni siquiera hacía mención a autorización alguna dirigida a la Generalitat.
Un Gobierno independentista
No obstante, la petición de la citada autorización a última hora por parte de Hochtief no es baladí. Según se recoge en el propio documento, si la compañía no tiene el preceptivo permiso antes de que se liquide la oferta (lo que sucederá en poco más de un mes), un tercero, que podría ser perfectamente la propia Generalitat, podría denunciar que el cambio de control de la compañía concesionaria vulnera los acuerdos de concesión y, por lo tanto, solicitar la anulación o resolución de las concesiones.
Tras las elecciones del pasado 21 de diciembre, el Parlamento de Cataluña aún no ha podido conformar un Gobierno, tras dos convocatorias fallidas de plenos para la investidura. No obstante, todo apunta a que el Ejecutivo que finalmente se confeccione estará muy próximo a las tesis del independentismo, toda vez que las fuerzas políticas que abanderan este movimiento suman una mayoría de representantes en la Cámara. En este contexto, un Gobierno controlado por el secesionismo no dudaría en recuperar el control de los peajes.
Por el momento, el Ejecutivo en Cataluña está controlado por el Gobierno central en virtud de la aplicación del artículo 155. No obstante, esta situación se desbloqueará en el momento en que se constituya un Gobierno en el Parlamento catalán.
280 kilómetros de peajes en juego
Actualmente, Abertis cuenta con siete concesiones de autopistas en Cataluña a través de cuatro sociedades, algunas de las cuales comparte con otros socios. En total, esas concesiones suman 280 kilómetros, casi el 18% del total gestionado por la compañía en España. Entre ellas, destaca la de los túneles del Cadí y Vallvidrera, adjudicadas en 2013 en el marco de las privatizaciones llevadas a cabo por el Gobierno de Artur Mas para tratar de aliviar la delicada situación financiera de Cataluña en años complicados por la crisis.
A través de la sociedad concesionaria Invicat, Abertis controla los peajes de las vías C-31, entre Barcelona y Montgat; C-32, entre Montgat y Palafolls; y C-33, entre Barcelona y Montmeló (en total, 114 kilómetros). También figuran en su cartera las concesiones de la C-16, entre Barcelona y Manresa (a través de Autema) y de la C-32, entre Casteldefells y El Vendrell (a través de Aucat).
En los últimos días, ACS y Atlantia ultiman un acuerdo para llevar a cabo de forma conjunta la compra de Abertis y evitar así una costosa guerra de ofertas. Aunque no han trascendido los detalles de las negociaciones, todo parece indicar que ACS pasaría a controlar los activos en territorio español, por lo que sería la que se enfrentaría a una posible revocación por parte de la Generalitat de Cataluña.
Con la aprobación de la OPA de Hochtief por parte de la CNMV, se pondrá en marcha en breve el plazo de aceptación conjunta de las dos ofertas, que se extenderá por el plazo de un mes. Fuentes conocedoras de la situación apuntan a que las conversaciones entre ACS y Atlantia presentan un notable grado de avance, por lo que el acuerdo definitivo podría ser anunciado en los próximos días.
Bajo este acuerdo, lo más probable es que los italianos renuncien a su oferta (la Ley se lo permite al ser los primeros que la lanzaron) y financien la oferta de Hochtief. Una nueva sociedad, participada por ambas, sería el nuevo accionista de Abertis, lo que evitaría trocearla.
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