Indra está participada en un 20% por la SEPI (Ministerio de Hacienda), pero como empresa cotizada del Ibex con gran presencia internacional, cuenta en su capital con un alto porcentaje de acciones en manos de fondos de inversión extranjeros. Muchos de ellos son estadounidenses y su voto es crucial para lo que pueda ocurrir en la próxima junta de accionistas, que se celebrará el 26 de junio entre tambores de guerra contra su presidente, Javier Monzón.
Un sector del Ministerio de Defensa, con el secretario de Estado Pedro Argüelles al frente, está promoviendo junto a Eduardo Serra, ex ministro de Defensa con Aznar, un golpe de mano para desbancar a Monzón del sillón presidencial, en el que lleva la friolera de 22 años.
Y entre bambalinas trabaja también en este plan Antonio Hernández Mancha, el ex presidente de Alianza Popular que en los últimos años se ha dedicado a la abogacía y cuenta con un reputado bufete en Estados Unidos. El ex político extremeño está poniendo en valor sus buenas conexiones con en el entorno político y empresarial de este país para conseguir el apoyo de los fondos presentes en Indra.
Según las fuentes consultadas, Hernández Mancha podría conseguir el apoyo de fondos que controlan un 20% de la compañía española de defensa, consultoría y tecnologías de la información. Si los planes del efímero líder de la derecha española a finales de los ochenta salen bien, un quinto del capital de Indra votaría en contra de la reelección de Monzón, que junto a otros siete consejeros somete su cargo a la reválida de la junta de accionistas.
Monzón llega a la junta con el apoyo explícito del Gobierno y de todo su consejo de admnistración, pero tendrá que afrontar previsiblemente el voto en contra de su gestión de un buen grupo de fondos
Hernández Mancha ha cobrado inusitado protagonismo en los últimos meses después de que, tras permanecer desaparecido de la vida pública española, irrumpió por sorpresa como uno de los cinco consejeros afines al PP que el Gobierno impuso en Enagás, el operador del sistema gasista.
Ahora, el ex político se ha volcado junto a Eduardo Serra y a un sector de Defensa para sacar a Monzón de Indra, en un momento de convulsión en el que tanto el ex ministro de Aznar como el presidente de la compañía han intentado hacer valer su amistad con el Rey Juan Carlos para atacar o defenderse, según el caso.
La abdicación del monarca les ha trastocado los planes a ambos, si bien antes de que ésta se produjese, Monzón recibió el apoyo explícito de la mismísima Soraya Sáenz de Santamaría. "Para nada tienes que estar preocupado, Javier; te puedo asegurar que el Gobierno no está en ese asunto, así que estate tranquilo, de verdad", le dijo la vicepresidenta el día de las elecciones europeas, tal y como adelantó Vozpópuli.
La abdicación del Rey ha cogido a Serra y Monzón con el paso cambiado y en plena disputa entre ellos: intentaban hacer valer su amistad con el monarca para llegar al cargo, el primero, y permanecer en él, el segundo
También cuenta Monzón con el compromiso de todo su consejo de administración para votar a favor de su reelección, según la propuesta que por unanimidad se aprobó en la reunión extraordinaria del 22 de mayo.
Así que la junta del 26 de junio se presenta movida, pero a ella el actual presidente acude con todas las de ganar, señalan fuentes conocedoras del proceso. De lo que no se librará el máximo ejecutivo será del rapapolvo que le preparan los fondos de la mano de Hernández Mancha. Por si acaso, Monzón se ha parapetado con un blindaje de oro en caso de ser movido de su cargo.
En la junta también se votará la reelección de los consejeros dominicales Juan Carlos Aparicio, ex ministro de Trabajo con Aznar, y del exsubsecretario de Fomento, Adolfo Menéndez, que inicialmente se mostraron reacios a respaldar a Monzón pero que tuvieron que someterse a las órdenes dadas por Hacienda y respaldarán su reelección. Además revalidarán sus puestos el consejero delegado Javier de Andrés, y los consejeros independientes Isabel Aguilera, Rosa Sugrañes e Ignacio Santillana.
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