El tiempo dirá si la suspensión de la licencia de Técnicas Reunidas para operar en Arabia Saudí, uno de los principales mercados de la multinacional española, se queda en un mero engorro administrativo o acaba convertido en un problema de calado. La empresa fundada por el exministro José Lladó es un alumno aventajado en un sector, el de la ingeniería, que, tras el boom de las infraestructuras vivido por España en los años de la bonanza, esa época de obras faraónicas y nuncabajismo inmobiliario que hoy parece tan lejana, ha tenido que reinventarse para expandirse en el exterior, después del reventón del mercado nacional.
El salto internacional empezó (salvo contadas excepciones) con cierto retraso, a partir de los años 90, mucho más tarde que otras empresas centroeuropeas (especialmente, alemanas) que habían hecho lo propio a mediados del siglo pasado. Sin embargo, puntos fuertes como la buena formación de los ingenieros españoles, reconocida a nivel global, y el liderazgo en algunas áreas, como las energías renovables, e hitos como la adjudicación del AVE a La Meca, el mayor contrato de la historia (y uno de los de más compleja realización técnica), muestran que la apuesta no ha ido mal.
Si se atiende al negocio en un sentido amplio, las magnitudes que mueve la ingeniería en todo el mundo son de vértigo: sólo en sus tres ramas principales (transporte, petróleo y edificación) la cifra de negocio supera los 316.000 millones de dólares anuales. Y hay una nutrida representación española entre las primeras firmas de cada actividad.
Según la revista estadounidense ENR, de referencia en el sector, ACS es el primer grupo mundial en ingeniería energética (Abengoa es el segundo) y ocupa el segundo puesto en aguas y edificación, ramas que lidera la alemana Hochtief, controlada por la española; otras como FCC y la propia Técnicas Reunidas también ocupan posiciones destacadas.
En el ránking de contratistas, hay doce empresas nacionales en el Top 200 mundial, según ENR: ACS (segunda del mundo), FCC (duodécima), OHL (21), Abeinsa, de Abengoa (26), Técnicas Reunidas (33), Isolux (47), Acciona Infraestructuras (54), Sacyr (55), Comsa Ente (85), Iberinco, de Iberdrola (113), San José (177) y Sener (182).
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Especialmente, entre las compañías de menor tamaño. El parón de la obra pública en España y el estrangulamiento financiero han golpeado con extremada dureza a las pequeñas y medianas ingenierías, que son mayoría (hay unas 3.000 compañías en España dedicadas a esta actividad), y que no tienen suficiente masa crítica como para salir al exterior.
Dos datos que ilustran la complicada situación que atraviesan muchas pymes de ingeniería que no aparecen en esos ránking mundiales: el paro entre los ingenieros de caminos españoles colegiados supera ya el 14%, cuando en 2007 era de apenas el 1%. Y hace cinco años, la licitación de contratos de ingeniería por parte del Ministerio de Fomento rozó los 750 millones de euros; este año, con suerte, será diez veces inferior.
Según la consultora DBK, las empresas españolas del sector de la ingeniería facturaron 9.200 millones de euros en 2011, un 13% menos, por la caída del gasto público en infraestructuras y el retroceso de las inversiones en los sectores energético e industrial. De esa cifra, 5.000 millones correspondieron al mercado nacional y 4.200 millones, al exterior.
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