Javier Hidalgo ha pegado un golpe en la mesa y un viraje en la estrategia de Air Europa, la primera aerolínea privada de capital español. El hijo del histórico fundador de Globalia Juan José Hidalgo, que es CEO de la empresa desde septiembre y comparte futura herencia con sus hermanas María José y Cristina, realizó su primera comparecencia pública de relevancia este martes nada menos que de la mano de Michael O'Leary, presidente de Ryanair y el hombre que ha revolucionado la aviación europea en las últimas dos décadas.
Según fuentes del sector, Hidalgo padre e hijo han debatido durante años sobre la conveniencia o no de convertir a Air Europa en una compañía de bajo coste. El fundador de la compañía, de 75 años, no entendía la necesidad de competir en costes sino la de ofrecer un servicio de calidad.
Sin embargo, la experiencia profesional del hijo se ha inclinado en ocasiones hacia modelos de bajo coste. Lo fue con Pepephone, que compró en 2012 a su padre junto al empresario Rosauro Varo y que, gracias al buen trabajo de Pedro Serrahima, -quien también le acompaña tras su vuelta a Globalia como CEO en 2016- consiguió revalorizar y vender a MasMóvil por 158 millones de euros y con plusvalías próximas a 40 millones. Durante todo este tiempo, el grupo Pepephone (con experiencias en sectores como el energético con PepeEnergy) consiguió hacerse un hueco tirando los precios. Su filosofía coincidía al 100% con el modelo Ryanair: ofrecer un servicio de ADSL sin adornos, es decir, sin el teléfono fijo. Durante este tiempo ha estado ofreciendo las tarifas más baratas del mercado.
Además de Pepephone, el empresario madrileño tiene también experiencia en proyectos de aerolíneas de bajo coste como ya demostró en años anteriores. Durante un tiempo estuvo valorando la posibilidad de lanzar una aerolínea de bajo coste específica para vuelos transatlánticos, tal y como se informó en 2013, aunque finalmente no cristalizó el proyecto.
Hidalgo niega el viraje
Su foto junto al rey del 'low cost' no supone, sin embargo, un viraje hacia este modelo para Hidalgo, que negó en la presentación que se vaya a optar por una política de bajo coste inspirada en la irlandesa. "Tenemos unos costes operativos muy inferiores a otras compañías y unos costes muy competitivos, pero no nos puedes llamar una compañía de 'low cost' sino de 'hub', aunque los costes que vamos a trasladar al mercado nos permitirán bajar las tarifas", aseguró en rueda de prensa.
"No nos puedes llamar compañía 'low cost' sino compañía de 'hub'", dice Hidalgo
El acuerdo con la empresa irlandesa 'obligará' a la española a intentar siempre ofrecer los precios más bajos posibles, dado que esta es la filosofía de los de O'Leary a la que nunca han renunciado. Ryanair quiere extender un acuerdo como este hacia otras compañías del sector, como Aer Lingus o Norwegian, para expandir este modelo hacia otros destinos de América y también de Asia.
Tal y como refrendó Hidalgo en un documento ante la SEC -regulador de mercados norteamericano- horas más tarde, "con este acuerdo Air Europa dobla su conectividad con Europa con 53 ciudades más".
Una venta en el horizonte
Según consideran fuentes bien informadas del sector, este golpe en la mesa de Javier Hidalgo es sólo uno de los retos que afronta el grupo Globalia, que ganará dinero este año según su CEO aunque existen dudas internas sobre su situación económica.
Air Europa ganará dinero este año, ha asegurado su CEO
La compañía hace tiempo que tiene a la venta su sede central en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Por otra parte, se hace cada vez más perentoria la necesidad de reforzar alianzas con algún gigante del sector. En el mercado de los vuelos transoceánicos, donde Air Europa es fuerte, compite con gigantes provenientes de antiguas aerolíneas públicas como Lufthansa, Air France-KLM o la propia Iberia-British Airways (IAG). Todas ellas cuentan con flotas de unos 500 aviones mientras que Air Europa tiene unos 50.
Por otra parte, asegura todo el que lo conoce, Javier Hidalgo carece del rigor y la capacidad extrema de trabajo de su padre, y no se ve trabajando toda la vida en un grupo turístico familiar. Una valoración buena de algún inversor que quisiera comprar Air Europa podría acabar con la colocación de la compañía al igual que ocurrió con Pepephone. "El problema es que no encuentra a quién", dicen fuentes conocedoras de la situación.
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