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Cerco a Javier Monzón y su multimillonaria indemnización

El que fuera presidente de Indra durante más de dos décadas, Javier Monzón, vive la humillación de ser expulsado como presidente de honor tras revelarse que empleó un avión privado costeado por la compañía.

  • Javier Monzón, expresidente de Indra.

Unos ocho empleados de Indra acudieron hace dos semanas a un restaurante situado cerca de la Plaza de Colón de Madrid después de asistir a un juicio en la Audiencia Nacional por los despidos, 1.750, de la compañía en España. Vestían camisetas con la leyenda 'No al ERE en Indra'. "Íbamos a tomar una cerveza, ¿y con quién nos encontramos? Con Javier Monzón, allí estaba, comiendo con un hombre joven (abajo, en la imagen). Dio un respingo cuando nos vio. Nos fuimos, no se nos fuera a pegar algo", recuerda uno de los trabajadores de la multinacional tecnológica. "Nos han dicho que estaba negociando entonces el tema del avión".

javier Monzón en un restaurante en Madrid este mes

"El tema del avión" es el último escándalo ligado a la figura de Javier Monzón como presidente de Indra. El que fuera primer ejecutivo de la compañía durante 22 años ha empleado un avión privado costeado por la empresa española sin conocimiento del consejo de administración. En los informes anuales de Indra no se hace mención alguna a su existencia. El aparato, un Gulfstream G200, ha sido adquirido recientemente por el jugador del Real Madrid Cristiano Ronaldo, por 19 millones de euros, según ha publicado el diario portugués Correo da Manha. El consejo de administración de Indra decidió la pasada semana cesar a Monzón como presidente de honor del grupo –cargo al que accedió el pasado mes de enero tras ser sustituido por Fernando Abril-Martorell como presidente, al mismo tiempo que Telefónica adquiría el 3% del capital– , por haber ocultado información, el mayor acto de humillación al que podría ser sometido Monzón.

Durante más de dos décadas Javier Monzón ha pasado por ser un ejecutivo modélico, alguien que ha convertido a Indra en una multinacional tecnológica y de defensa y que se las ha sabido apañar para mantenerse en el cargo de un grupo con estrechas relaciones con el Estado bajo Gobiernos del PP y del PSOE. Hoy sólo recibe el desprecio del consejo de administración de la compañía y de sus propios trabajadores. El cerco a Monzón se estrecha desde todos los frentes, el ejecutivo, el sindical, y también el político. Queda el judicial.

"Es un caso vergonzoso", comenta un representante sindical de Indra. "De momento estamos centrados en el ERE, pero no descartamos acciones más formales. Se suponía que las cuentas de Indra eran muy positivas, hasta que ha llegado un nuevo consejo y ha descubierto pérdidas de cientos de millones de euros, ¿se han maquillado las cuentas?", se pregunta.

Más allá del escarnio público al que se ha sometido a Monzón al revelarse el uso del avión privado con cargo a la compañía y su destitución como presidente de honor, la gestión del expresidente de Indra podría terminar en los tribunales. En la presentación de sus últimos resultados trimestrales la compañía desveló que ha contratado asesores externos para analizar sobrecostes de proyectos del grupo en Brasil, que han supuesto la anotación en sus cuentas de efectos no recurrentes por 422 millones de euros. De la conclusión de esos informes encargados Indra valorará alternativas "financieras o legales si fuese necesario".

Primer accionista individual

El caso del avión privado, los proyectos fallidos en Brasil, y los 1.750 despidos de la compañía en España cuestionan la multimillonaria indemnización que Monzón ha recibido por su salida como presidente del grupo.

Según detalla Indra en su último informe de gobierno corporativo, el expresidente de la multinacional tiene el derecho contractual a percibir de la aseguradora con la que está externalizado un Plan de Prejubilación y Ahorro a Largo Plazo de 12 millones de euros. La compañía explica que está obligada a la obligación de dar un preaviso de tres meses a la finalización del contrato, y que en caso de incumplirlo está sujeta al pago de determinada retribución, que en el caso de Javier Monzón ha ascendido a un millón de euros. Además los contratos de los consejeros ejecutivos con la empresa contemplan un pacto de no competencia por un periodo de dos años a partir de la finalización del contrato, compensado con una cuantía que para Monzón supondrá percibir otros 2,75 millones. En total, 15,75 millones de euros.

Javier Monzón se mantiene como primer accionista individual de Indra, con el 0,24% del capital, valorado a los precios actuales en Bolsa de la compañía en cerca de cuatro millones de euros.

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