“Me giré, agarré a mis dos hijos pequeños y eché a correr en dirección contraria”. Así definía el español Enrique Álvarez el inicio de una pesadilla con final feliz: la increíble peripecia que vivió en las navidades de 2004 en unas vacaciones en compañía de su esposa y sus tres hijos en Tailandia. Álvarez logró salvar milagrosamente su vida y la de su familia en el terrible tsunami que azotó el país del sureste asiático, en una vivencia que llevó al cine el director barcelonés Juan Antonio Bayona en Lo imposible, película protagonizada por el escocés Ewan McGregor (que encarnó al personaje inspirado en Álvarez) y la británica (de nacionalidad austrialiana) Naomi Watts, que interpretó a su esposa y ganó un Oscar por ese papel. La cinta se estrenó el año pasado con gran éxito de crítica y público.
Casi diez años después de aquel dramático episodio, Álvarez, que es alto directivo en España del gigante estadounidense de la salud Johnson & Johnson (J&J), acaba de ser promocionado al frente de una de las dos principales filiales del grupo en el país, Johnson & Johnson S. A. Desde finales del mes pasado, es presidente y consejero delegado de esa sociedad, que supone en torno a la mitad del negocio de la multinacional en España.
El ejecutivo compatibiliza sus nuevas atribuciones con la dirección general del área de Medical Devices & Diagnostics (MDD) del grupo en España, que ya ocupaba con anterioridad y que aporta alrededor del 70% de las ventas de J&J SA.
Pese a que fuentes de la compañía señalan que “la presidencia es una función que alternativamente puede llevar cualquiera de los negocios”, lo cierto es que, con el nombramiento de Álvarez, J&J acaba de romper con una tradición en la casa, dado que, habitualmente, ese puesto correspondía al máximo responsable de otra de las grandes patas del negocio del grupo en España, la de Consumo (Mass Market), a pesar de que esta rama sólo supone en torno a un 30% del negocio de J&J SA.
Esa área sigue dependiendo de la portuguesa Margarida Neves, que ha sido presidenta y consejera delegada de J&J SA durante poco más de un año. Fue nombrada para ese puesto en marzo del año pasado tras la marcha de su antecesor en el cargo, Ignacio García Cano, que fichó por el grupo Leche Pascual como consejero delegado y director general en enero de 2012.
Al frente de la otra gran filial de J&J, Janssen Cilag, que aglutina la actividad farmacéutica y es la parte mollar de su negocio (supone la mitad de las ventas totales), no hay cambios y Martín Sellés continúa como presidente y consejero delegado.
El relevo en la cúpula de J&J SA llega en un entorno de grandes cambios para la compañía que desde el año pasado pilota Alex Gorsky, un gigante con una facturación anual superior a los 52.000 millones de euros y que ha vivido dos profundas reestructuraciones globales en los últimos años.
Con la llegada de Enrique Álvarez a la presidencia de J&J SA, no es la primera vez que los caminos del cine y de la multinacional en España se unen, aunque sea de forma oblicua; hasta 2004, la filial estuvo presidida por Francisco Diego, hermano del popular actor Gabino Diego.
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