El acuerdo lácteo firmado en septiembre en el Ministerio de Agricultura sigue sin cumplirse en algunas cooperativas de Galicia y ahora es la cooperativa Codegui, de Lugo, la que lleva una semana vendiendo su producción a 18 céntimos el litro, un precio muy por debajo de los aproximadamente 30 céntimos por litro en los que el sector cifra la viabilidad de las explotaciones. Leche Celta, histórica marca gallega perteneciente a un grupo portugués, anunció que dejaría de comprarles la leche hace una semana y eso ha obligado a la cooperativa, con 50 socios entre Coruña y Lugo, a vender su producción a la asturiana Reny Picot. "Estamos vendiendo la leche a mitad del precio del agua", ha asegurado el presidente de Codegui, Raúl Prieto. Se trata de 25.000 litros diarios que van directos para producir leche en polvo, el modo más sencillo para que el producto no se estropee.
Mientras tanto, la Xunta está aumentando el control a los camiones cisterna con la llamada 'leche negra', aquella que se vende sin controles ante el exceso de explotación y que muchas industrias del noroeste español están utilizando. Santiago ha realizado, a través de la policía autónoma, 145 inspecciones a camiones cisterna portugeses en lo que va de 2016, que suponen casi las mismas que en todo 2015. Se busca frenar el dumping ilegal de producto luso, como denuncian los ganaderos, pero el resultado es por el momento infructuoso pues apenas se han abierto 5 expedientes por llegada de producto irregular, ha asegurado el gobierno regional. Para los ganaderos, hay intencionalidad política y puede no ser casualidad que una industria que pertenece a un grupo portugués apueste por los camiones de ese país.
"Estamos vendiendo la leche a mitad del precio del agua", ha asegurado el presidente de Codegui, Raúl Prieto
La realidad es esta: en Portugal el precio medio es de 28,7 céntimos por litro, por debajo de los 28,8 de Galicia, pero con unos costes inferiores consigue ser rentable. En España el precio medio pagado al ganadero es superior: 29,4 céntimos por litro. Las industrias optan por importar leche, una práctica perfectamente legítima y que en un mercado común como la Unión Europea tan sólo busca conseguir la materia prima más barata.
La mala situación de Codegui muestra que el sector lechero gallego sigue siendo muy vulnerable, a pesar de las mejoras que ha vivido en las últimas semanas después de que los ganaderos obtuvieran esta Navidad compromisos por escrito de las principales distribuidoras (Carrefour primero, luego DIA y otros) para pagar un precio más elevado por la leche a las industrias que luego les repercutiera a ellos. El problema es la sobreproducción, aunque el discurso que repiten continuamente sindicatos como Unión Agrarias es que "la leche no sobra y se nos quiere hacer pensar que sí". Los sindicatos se reunieron este mismo lunes con la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez. De nuevo, las propuestas de la Xunta no han satisfecho a los ganaderos, necesitados de soluciones "inmediatas" que el gobierno autonómico no les puede facilitar.
"Sabemos que la distribución cumplió su parte y ahora falta la industria", asegura a este diario el representante de Unión, Óscar Pose. Leche Celta, en manos portuguesas, y Lactalis, en manos francesas, ya han anunciado que repercutirán la subida de precios de la industria en los ganaderos. Ahora son dos de las asturianas, CLAS y Reny Picot, las que tienen que hacerlo también, asegura.
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