Los supermercados Lidl han presentado este jueves sus resultados del año fiscal cerrado el 28 de febrero, en el que han subido las ventas un 7% hasta los 2.700 millones de euros.
Todo esto, a pesar del contexto deflacionista en el que se movía la economía durante el año pasado y que parece darse la vuelta, tímidamente y por primera vez con el IPC de junio. "Es cierto que los modelos apuntan a una recuperación, pero si hay subida de precios Lidl será el último distribuidor en subir precios y el que menos los suba", ha indicado Miguel Paradela, el director general de compras de la compañía.
Las compras son tal vez el tema clave a la hora de poder vender barato. Lidl recuerda que su capacidad de compra es poderosos pues las economías de escala son claves y los alemanes pertenecen al grupo Schwartz, que en 2014 cerró con una venta neta de 79.000 millones de euros, siendo " el grupo de distribución con mayor implantación de Europa y el cuarto a nivel mundial". En este contexto se entiende, por ejemplo, el reciente acuerdo entre Eroski y DIA para crear una central de compras conjunta y poder ofrecer mejores precios.
La empresa cerró 2014 con una cuota de mercado del 3,6%, siendo el sexto agente más importante del sector y el que más crece junto al número 1, Mercadona, que acumula un 22% de cuota. "Sabemos que estamos cogiendo cuota de toda la competencia y todos los formatos", asegura por su parte Ferrán Figueras, el director general financiero de Lidl España.
Sin facilitar su resultado
Lidl no ha facilitado su resultado neto a finales del año fiscal, alegando que pertenecen a un grupo con presencia en muchos países y esta presentación sólo puede hacerse conjuntamente. Cuando se conocieron sus datos del ejercicio anterior pudo observarse cómo la compañía tenía una rentabilidad sensiblemente inferior a la de Mercadona: Lidl ganaba un euro neto por cada 100 que ingresaba mientras que Mercadona ganaba casi 3. La empresa alemana argumentó que la inversión que computaba como gasto venía siendo muy potente (en nuevas tiendas, pero sobre todo en reestructurar tiendas ya existentes para modernizarlas o ampliarlas) y seguramente esta tendencia seguirá en el ejercicio fiscal cerrado, por lo que es posible que Lidl siga sacrificando beneficios para ganar cuota de mercado en un mercado ultracompetitivo.
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