Lorenzo Vidal de la Peña es el nuevo presidente de Ganvam, una de las asociaciones más fuertes de venta de vehículos que hay en España, y nos recibe en su despacho a los pocos días de haber tomado posesión de su cargo tras ganar unas elecciones donde contó con el apoyo explícito de Juan Rosell, presidente de CEOE. Su primera intención, asegura, es buscar la unión con otras patronales para tener una voz más fuerte ante la administración, y singularmente con Faconauto, su escisión desde hace ya 30 años.
Nada más llegar, el impacto del tsunami catalán sobre la mesa. Una independencia por las malas que, si algún día se produjera, asusta y mucho: "la situación de Cataluña puede devenir en un desastre para las empresas relacionadas con el sector. Si siguieran los pasos y más adelante la independencia se hiciera efectiva, ¿las redes oficiales desaparecerían? ¿Tendrían que entrar como importadoras? ¿Quedarían al margen y de lado todos los que ahora mismo están ejerciendo como concesionarios y talleres? Es un desastre. Estamos hablando de 25.000 puestos de trabajo que podrían estar en juego con esta odisea y además son empresas que no pueden irse a otro sitio ni salir de su territorio que es el que contractualmente tienen. ¿Qué va a ocurrir si esto tiene lugar?", se pregunta el empresario cántabro.
Tampoco se escapa la importancia a nivel industrial que fábricas como la de Seat en Martorell o la de Nissan en Zona Franca tienen para la economía catalana. La potencia de estas grandes multinacionales funciona siempre como referencia para lo que hacen las patronales de vendedores, conformadas por pymes. Ahora la variable catalana ha irrumpido como nuevo problema en un sector que se enfrenta a una reconversión necesaria.
Hombre próximo a Rosell
El empresario cántabro, que ya en 2005 saltaba a los medios por abrir el, según la prensa, "concesionario más grande de España" aliado con Renault, supone un cambio de perfil frente al fallecido Juan Antonio Sánchez Torres, que presidió la asociación durante 20 años para acabar falleciendo a los 83 en el cargo. Vidal de la Peña cultiva las buenas relaciones con CEOE (organización cuya sede es contigua a Ganvam) y desea que el sector del automóvil cuente con "la fuerza que merece en la patronal".
Pese a no estar en la junta directiva de Ganvam, dio un golpe de efecto en las elecciones contra José San José, candidato que sí lo estaba, al conseguir la afiliación de Rosell, "que tiene empresas del sector y lo que habría que preguntarse es cómo nadie le había propuesto hacerse socio". Desde su experiencia empresarial, buscará acercar posturas con Faconauto, sin descartar una unión de patronales cuya necesidad dice "tener clara, y ellos también". Esta unión ya se ha realizado en otros sectores como el de transporte por autobús (Confebús nació de la fusión entre Fenebús y Asintra). "Hablaremos de todo, empezando por los puntos en común porque si empezamos por las diferencias, no avanzamos".
Coche eléctrico, prohibir diésel
En el horizonte, un cambio de modelo y tecnológico que, aunque largamente anunciado, aún no llega. Pese a la campaña por el coche eléctrico, en octubre sólo se matricularon unos 1.000 vehículos eléctricos de un total de 94.000. Es decir aproximadamente un 0,5% de cuota. Una nimiedad, aún. ¿Por qué?
"Las cifras como tú dices no son representantivas, pero soy de una opinión de que eso dará un vuelco exponencial en cuanto se conciban las infraestructuras, y no me refiero a las urbanas sino la posible carga nocturna en casa con la comunidad de vecinos y en el trabajo, que llegue a funcionar como cargamos el móvil y sea una operativa normal. Junto con una mayor autonomía será la clave".
"Hay muchos mecánicos que no están preparados para el cambio al coche eléctrico"
Para cuando esto se produzca, ¿está el sector preparado, sobre todo en cuanto a talleres? "Hablamos del cambio de un mecánico a un electromecánico, y ahora mismo hay muchos que no están preparados para este cambio. Por eso nos tenemos que implicar y hacer algo. Tenemos que reclamar un sistema de detección de necesidades formativas para el sector. Ahora mismo hay un desfase enorme, y evolucionan más rápido los puestos de trabajo que el sistema formativo".
Sin embargo, el gran cambio se producirá cuando lo lideren los fabricantes. Y en España, por el momento, apenas hay fábricas de coches eléctricos (alguna experiencia con el Renault Twizy en Valladolid, por ejemplo).
Por el momento, lo que sí hacen administraciones como el Ayuntamiento de Madrid es ponérselo más difícil a coche, sobre todo si es diésel: "Los tiempos de los políticos se viven diferente que para el resto d ela sociedad. Tener la determinación de acabar con los coches en la ciudad es una barbaridad", asegura. Ganvam trasladó al consistorio de Manuela Carmena una propuesta "que no ha sido escuchada ni contemplada".
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