Las finanzas de los Albertos no pasan por su mejor momento. Alcocer y Cortina se han visto sorprendidos por la virulencia de la crisis, sobre todo en lo que concierne a sus inversiones bursátiles. Sus dos grandes apuestas, ACS y Grupo Empresarial Ence, han sufrido una fuerte corrección lo que ha llevado a la banca acreedora de las instrumentales de los Albertos ha apretar las tuercas y exigir más garantías relacionadas con diferentes préstamos.
Esta situación ha llevado a los Albertos a iniciar la búsqueda de compradores para uno de sus activos más preciados: el palacete situado entre las madrileñas calles de López de Hoyos y Pinar, que Alcocer y Cortina compraron al fundador de la inmobiliaria Astroc, Enrique Bañuelos, el pasado 2007. Hace algunos días trascendió que los Albertos habían puesto a la venta su helicóptero de última generación, que fue estrenado por el Rey Juan Carlos.
Hace cinco años, los Albertos aprovecharon el cierre de la Fundación Astroc para hacerse con su sede en Madrid. Por entonces, abonaron a Enrique Bañuelos unos 25 millones de euros por el inmueble, situado en una zona privilegiada, en el eje de la Castellana, muy próxima a la Plaza de Emilio Castelar y a la embajada de EEUU.
Alcocer y Cortina trasladaron al palacete algunas de las instrumentales a través de las que canalizan parte de su patrimonio. Cuando realizaron la transacción, la burbuja inmobiliaria estaba a punto de mostrar los primeros síntomas de estallido. Fue un momento muy propicio para la venta pero bastante inoportuno para la compra.
En busca de liquidez
Sin embargo, la operación que plantean los Albertos está más relacionada con la liquidez con las más que improbables plusvalías que pudieran obtener. El particular plan de desinversiones de los Albertos comenzó con la colocación en el mercado de un paquete de acciones de ACS, a mediados de año, con el que los financieros se adelantaron a la supresión del dividendo a cuenta de los resultados del grupo constructor.
Poco antes, algunas entidades financieras habían procedido a ejecutar acciones de ACS en poder de los Albertos que servían de garantía para determinados créditos.
Los problemas no sólo están derivados de la caída de la cotización de la constructora sino también del desplome de Ence. La situación de la papelera ha causado estragos en las finanzas de su presidente y principal accionista, Juan Luis Arregui, en su día el mayor accionista individual de Iberdrola. También ha llevado al límite al ex presidente de Unión Fenosa Pedro López Jiménez, forzado a deshacerse de la participación del 5% que tenía en Ence.
Por el momento, los Albertos tantean el mercado inmobiliario en busca de compradores para su palacete, aunque no es el mejor momento para vender. Algunas de las operaciones que se han llevado a cabo en los últimos tiempos se han ejecutado con significativos descuentos.
No obstante, los Albertos podrían replantearse su estrategia si finalmente ACS decide retribuir a sus accionistas con un dividendo complementario, tras suprimir el que entregaba a cuenta de resultados.
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