El pinchazo de la burbuja inmobiliaria en los balances de la banca española ha tenido efectos demoledores en las cuentas de resultados. Ni siquiera Santander o BBVA han aguantado en negro el hondo saneamiento inmobiliario impuesto por Economía que ha llevado al sector a unas pérdidas millonarias por encima de los 35.000 millones. Los dos decretos Guindos, que obligaron al sector a unas provisiones cercanas a los 80.000 millones, han reinventado el ránking de beneficios en el sector financiero español.
Apenas cuatro entidades (Unicaja podría ser la quinta) salvaron el pasado ejercicio con beneficios en el negocio en España. Pírricos, eso sí. Poco más de 500 millones (519,5 millones) entre Caixabank, Bankinter, Kutxabank y Sabadell. Una cifra que los grandes de la banca española ganaban en un semestre, antes del inicio de la crisis, en el mercado nacional.
La entidad presidida por Isidro Fainé encabeza el nuevo ránking con unas ganancias de 230 millones (78% menos que en 2011), tras dotar 10.299 millones a saneamiento inmobliario. A pesar de este enorme esfuerzo, el grupo catalán aún no ha completado todas las provisiones exigidas por los dos decretos. Lo hará a lo largo de este primer semestre.
Caixabank, al igual que el Sabadell, cuentan hasta el 30 de junio próximo para cumplimentar el saneamiento del ladrillo tóxico gracias a las fusiones con Banca Cívica y Banco CAM, respectivamente. De no ser así, ambas entidades habrían firmado, con toda probabilidad, números rojos al cierre del pasado ejercicio.
Caixabank y Sabadell aún no han cumplimentado todas las provisiones de los dos decretos Guindos por sus fusiones con Banca Cívica y Banco CAM, respectivamente.
Así, las dos únicas entidades que han sorteado todas las provisiones sin pérdidas son Bankinter y Kutxabank. La entidad presidida por Pedro Guerrero solventó el 2012 con unos beneficios de 123 millones (32,1% menos), fruto de su filosofía de negocio, más alejada del ladrillo frente a la financiación de empresas y el sector de banca privada. Por su parte, el grupo de las antiguas cajas vascas presentaron, el pasado viernes, unos beneficios de 84,6 millones (65,5% menos), poco más de los 81,9 millones que firmó el Sabadell (64,7% menos), tras provisionar más de 2.400 millones.
Unicaja, que presentará sus cuentas del pasado ejercicio fuera de plazo (finalizó el pasado jueves 28 de febrero), puede convertirse en la quinta y última entidad que cerrase el ejercicio 2012 en negro.
El cambio de color aglutina al resto del sector. En el extremo más cercano al negro, Banca March. Sus pérdidas de 141 millones poco tienen que ver con el negocio bancario o su ínfima exposición inmobiliaria. La minusvalía de uno de los bancos más solventes de Europa, que registró a 31 de diciembre un Tier 1 del 27%, se explica en el saneamiento de la participación que ACS, a través de Corporación Alba, posee en Iberdrola. En el otro extremo, se sitúa Bankia con sus pérdidas de 19.056 millones, todo un récord en la historia financiera española.
Tras Banca March, de menor a mayores pérdidas en el negocio bancario en España, se sitúa el resto del sector: Ibercaja (-485 millones); el Grupo Santander, incluido Banesto, (algo más de -1.000 millones); BBVA (-1.267 millones); Popular (-2.400 millones); Banco de Valencia (-3.163 millones); Novagalicia (alrededor de -9.000 millones); Catalunya Caixa (-11.000 millones) y, finalmente, Bankia (-19.056 millones).
En medio de esa lista se situarán las entidades del Grupo 2 que aún no han publicado resultados, pero que cerrarán 2012 en pérdidas. BMN, Caja 3, CEISS y Liberbank recibirán en los próximos días los fondos europeos del MEDE para poner en marcha sus planes de recapitalización.
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