Combatir la malaria a golpe de click es posible. En lugar de disparar a marcianos, el jugador caza parásitos. Es la idea que ha desarrollado Miguel Luengo en el videojuego MalariaSpot, que le ha valido para que su nombre figure en la lista de los diez mejores talentos de España menores de 35 años que elabora la revista MIT Technology Review. Y lo que es más, el asturiano ha sido distinguido esta misma semana como innovador social del año.
"El diagnóstico de enfermedades como la malaria sigue siendo un desafío y la humanidad juega unos 3.000 millones de horas a la semana en videojuegos. Así que me pregunté por qué no transformar parte de ese tiempo en ayuda", cuenta Luengo, de 34 años. De la fusión del diagnóstico de enfermedades con el crowdsourcing (colaboración abierta) surgió un primer prototipo. "Funcionó mejor de lo esperado, más de 10.000 personas jugaron en un solo mes", recuerda el investigador, que combina su trabajo en el grupo de Tecnologías de Imagen Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid con su puesto de jefe científico de datos en United Nations Global Pulse de la ONU.
Las primeras imágenes utilizadas en el juego fueron de un hospital de Sudáfrica
El funcionamiento del videojuego, disponible en versión web, para iOS y Android, es relativamente sencillo: con la cámara de un teléfono móvil se hace una fotografía a una gota de sangre vista al microscopio que se envía a la red de jugadores, y éstos compiten por detectar la presencia de parásitos en la foto. A día de hoy, casi la mitad de la población mundial vive en zonas con un elevado riesgo de contraer malaria, una enfermedad que causa la muerte a medio millón de personas cada año.
El primer paso del innovador fue demostrar que un grupo de voluntarios puede ser tan eficaz como un profesional. "Cuanta más gente esté jugando, más rápido será el diagnóstico", explica Luengo, añadiendo que veinte personas no expertas equivalen a un experto."Se aprovecha la capacidad del sistema visual humano para reconocer los parásitos aunque haya problemas de calidad técnica en la imagen, que sí afectan al rendimiento de los algoritmos", añade el asturiano. Y remata: "20 personas jugando a MalariaSpot pueden diagnosticar la presencia de parásitos en sangre con la misma eficacia que un técnico. Si 13 votan que hay un parásito, es que lo hay. No es una locura, ahora falta validarlo clínicamente". No obstante, aclara que el resultado que arroje el videojuego sólo es una ayuda al diagnóstico: "Nunca es la evaluación final".
De momento, las primeras imágenes utilizadas en el juego fueron las facilitadas por un hospital de Johanesburgo (Sudáfrica) para comprobar la eficacia de este método de diagnóstico. Tras ello llegó una prueba en tiempo real en Mozambique. También han comenzado los contactos con centros de Kenia y Ghana.
"Quizá sea algo demasiado innovador"
Los siguientes pasos serán la fabricación de un dispositivo que incorpore un microscopio y pueda acoplarse al teléfono móvil y obtener la validación médica. "Tenemos que hacer la prueba clínica de manera sostenida durante una semana", explica. Para ello, evidentemente, necesitan recursos, algo de lo que no andan sobrados. "Es muy complicado conseguir recursos. Es algo innovador, quizá demasiado. No es exactamente medicina, ni ciencia, ni educación... El hecho de estar metidos en todas las disciplinas hace que nadie se quiera mojar", expresa Luengo, subrayando que hasta ahora la financiación que han obtenido proviene de asociaciones como Ashoka y Renta Corporación.
"20 personas jugando a MalariaSpot pueden diagnosticar la presencia de parásitos en sangre con la misma eficacia que un técnico", dice Luengo
Tres años después del nacimiento de MalariaSpot, cuentan con 50.000 jugadores en todo el mundo de 130 países. "La mayoría son de España, Estados Unidos y América Latina, aunque en Tanzania también está calando mucho", cuenta el asturiano.
Además de MalariaSpot, Luengo ya trabaja en versiones similares de otras enfermedades, como la tuberculosis (TuberSpot). "Ambos tienen una dimensión de concienciación social, de movilizar a la gente. Cualquiera puede hacerlo", asegura. Dice que incluso un equipo de Estados Unidos inició un proyecto con mamografías inspirándose en su videojuego y que se está utilizando como formación en distintas universidades de Boston y Londres.
Luengo, seleccionado como uno de los diez jóvenes españoles con el potencial de cambiar el mundo a través de la tecnología, sostiene que él sólo aporta su granito de arena. Dice que es una mente inquieta y que le gusta hacer cosas distintas: "No voy con ninguna disciplina, soy un científico antidisciplinar". Quiere inspirar a la gente, sobre todo a los jóvenes, para demostrar que con el esfuerzo de todos, se pueden lograr grandes metas. Consciente de que aún le quedan muchos pasos por dar, no cesa en su empeño de ampliar las fronteras del conocimiento. "Es muy bonito", concluye.
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