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El sector inmobiliario inicia contactos con el Gobierno para evitar quedarse fuera del banco malo

El sector inmobiliario no está dispuesto a volver a quedarse al margen de un proceso en el que le va mucho: la constitución de la sociedad de gestión de activos, más conocida como banco malo. Los distintos actores del mercado han iniciado los contactos con el Gobierno para conocer los detalles del proceso y poder aportar ideas, teniendo en cuenta que hay todavía muchos factores por definir.

El Gobierno dejó al sector inmobiliario al margen cuando llevó a cabo el proceso de valoración de los activos relacionados con el ladrillo que se encuentran en los balances de los bancos. El malestar de los diferentes actores del sector quedó patente de manera que ahora no están dispuestos a que sucede algo parecido.

De esta forma, inmobiliarias, promotores e incluso consultoras han iniciado una serie de contactos con Moncloa para tratar de conocer de primera mano los detalles de cómo va a ser el denominado banco malo con el fin de poder aportar ideas y, en función de la estructura que finalmente adopte, incluso participar de forma activa en él.

El espíritu de este movimiento es evitar que este proceso sea un coto reservado tan sólo al sector financiero. Las compañías inmobiliarias entienden que forman parte también de la cadena del mercado, que constituyen una de las patas del mismo sin la cual no se sostendría y que, por lo tanto, deben formar parte del proceso constituyente del banco malo.

En principio, se pretende que el acercamiento sea meramente informativo, es decir, que las inmobiliarias conozcan de primera mano los detalles del banco malo. Sin embargo, lo que ha trascendido de estas primeras aproximaciones es que las ideas tampoco están excesivamente claras en el entorno del equipo económico del Gobierno que preside Mariano Rajoy.

Promociones inacabadas

Uno de los aspectos que más inquieta al sector inmobiliario es el de los precios a los que se van a valorar los activos que la banca traspase el banco malo, teniendo en cuenta que puede ser ésta una circunstancia que influya posteriormente en el mercado. Al fin y a la postre, las inmobiliarias deberán seguir operando en él y un desplome de los precios sería especialmente dañino para su situación financiera, que en muchos casos ya es más que delicada.

Otra de las circunstancias que no termina de quedar clara es qué sucede con aquellas promociones iniciadas en su día y que tuvieron que ser paralizadas por la falta de liquidez. Las entidades financieras podrán traspasarlas al banco malo pero la situación de las empresas que han actuado como promotoras queda en el aire.

La posibilidad de que las compañías inmobiliarias puedan puedan participar en el banco malo queda a expensas de que se conozcan precisamente esos detalles que todavía están por definir. Lo que sí parece claro es que el sector no volverá a quedarse de brazos cruzados esperando que Moncloa llame a su puerta para consultarle, dadas las circunstancias acaecidas la pasada primavera.

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