El bando rebelde de El Corte Inglés mantiene su idea de desahuciar a Dimas Gimeno de la presidencia de la compañía, en la víspera del Consejo de Administración en el que se pondrán sobre la mesa las cuentas del grupo y algunos contratos supuestamente irregulares que aparecen en los registros de los grandes almacenes. Durante las últimas semanas, las hermanas Álvarez Guil y sus aliados han maniobrado para tratar de apartar a Gimeno de la gestión del grupo y, hasta el momento, Marta era la que más opciones tenía de sustituirle. Sin embargo, su nombre ha quedado prácticamente descartado como consecuencia de los recelos que despierta en algunos accionistas.
Los movimientos entre las partes se han sucedido hasta última hora de este martes. De hecho, los consejeros Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echevarría han contactado con los representantes de Gimeno para tratar de convencerle de que abandone la presidencia e incluso le han hablado de la posibilidad de encontrar comprador para su participación en la empresa (7,5%). Ante su negativa, han solicitado que conste en acta esta petición de 'salida voluntaria' en el Consejo de Administración de este miércoles. En caso afirmativo, no pedirán su dimisión, han explicado fuentes internas.
Sea como fuere, dentro de esta batalla interna, también existen fricciones dentro del frente que busca el cambio de chairman en El Corte Inglés. Fuentes cercanas al órgano de gobierno del grupo reconocen la existencia de discrepancias entre los accionistas contrarios a Gimeno, en lo relativo al proceso de sucesión que pretenden activar en los grandes almacenes. En concreto, Florencio Lasaga tendría dudas sobre Marta Álvarez Guil, al considerar que no es la candidata más idónea para tomar las riendas del grupo. Este consejero representa a la Fundación Ramón Areces, que es el accionista mayoritario con el 37,39% de los títulos en su poder; y del que son patronas las hermanas Álvarez Guil.
Tal es así que este martes se barajaba el nombre -que no ha trascendido- de un directivo de El Corte Inglés que lleva 30 años ligado a la empresa y que no pertenece a la familia del fundador. Es decir, una parte del consejo explora en este momento una vía alternativa para suceder a Gimeno, pero sin que la presidencia recaiga en un miembro de los Álvarez.
Desde el 'bando rebelde' consideran que la situación no es insalvable, dado que la prioridad es conseguir la salida del presidente, que quieren materializar en un Consejo de Administración Extraordinario en junio y ratificar en la Asamblea de socios del próximo agosto. Ahora bien, las discrepancias sobre quién debe ser su sustituto son un hecho y han provocado opiniones encontradas entre sus consejeros delegados, Jesús Nuño y Víctor del Pozo.
En esta situación, será importante el voto de los consejeros no beligerantes, entre los que se encuentran Manuel Pizarro y el catarí Hamad bin Jassim bin Jaber, quienes no se han posicionado sobre la marcha de Gimeno, pero el 'bando rebelde' espera que se abstengan. También la postura que adopten Florencio Lasaga y Carlos Martínez Echevarría, los dos consejeros de confianza de Isidoro Álvarez que hace meses arrebataron su apoyo al presidente.
Salida a bolsa
Para tratar de aplacar esta 'intentona', Dimas Gimeno ha incluido en el orden del día del Consejo de Administración de este miércoles un plan para sacar a bolsa la compañía, que pretende que culmine en un año e implique una renovación del órgano de gobierno de la empresa.
Gimeno cuenta con un proyecto que ha sido redactado por un banco de inversión y que le permitiría llevar la empresa al mercado de valores durante el ejercicio 2019. Esto implicaría una profesionalización del gobierno corporativo de la empresa y la consiguiente entrada de consejeros independientes en El Corte Inglés, lo que -considera- le permitiría encaramarse a la presidencia.
Para sus primas, según fuentes cercanas al presidente, este órdago es poco menos que una emboscada, pues si lo rechazan perderían credibilidad ante el socio catarí, que apuesta por una renovación de la cúpula de El Corte Inglés para adaptarla a las exigencias de los nuevos tiempos. en el caso de que lo acepten, su idea de arrebatar el poder a Gimeno perdería legitimidad, dado que supondría despedir a quien ha preparado el proyecto de salida a bolsa y se ha puesto a la cabeza del mismo, según detallan las mismas fuentes.
En el cónclave de este miércoles, Gimeno también sacará a relucir los contratos supuestamente irregulares que ha encontrado en algunos departamentos de la compañía, con los que pretende debilitar a sus críticos en el consejo.
A partir de ahora, está por ver si las diferencias que han surgido entre quienes exigen su marcha dificultarán el consenso. En cualquier caso, fuentes cercanas al Consejo afirman que la opción más probable, a día de hoy, y salvo que se alejen las posturas de los consejeros críticos, es que Gimeno pierda esta guerra.
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