Casi en la víspera del domingo electoral, las grandes empresas del comercio y la distribución se revuelven contra la candidata socialista, Teresa Ribera. Lo hacen por su condición de ministra de Transición Ecológica y por castigar al sector con exigencias medioambientales que implican un "destrozo brutal" en sus cuentas de resultados. Ribera podría abandonar el Gobierno con el 'mérito' de haber puesto de acuerdo a grandes compañías como Mercadona, Ikea o El Corte Inglés. Todas están unidas… en su contra.
El malestar de los empresarios es achacable a la pasividad que ha demostrado la ministra a la hora de pactar cambios normativos decisivos, que tienen un fuerte impacto en el sector. El que más preocupa en este momento es la modificación de la normativa de envases. Ribera ha decidido ir muy por delante de la UE y lo ha hecho sin consultar a las empresas implicadas. El cambio en cuestión está recogido en el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases. Por ejemplo, obliga a que las tiendas de alimentación tengan, en función de su superficie comercial, un determinado número de referencias de bebidas en envases reutilizables.
El Gobierno obliga a los empresarios a aplicar las novedades desde el 1 de enero de 2025. Pero el Reglamento europeo que regula la misma materia no impone cambios vinculantes hasta 2030. "No existe la infraestructura para acometer una revolución de tan gran calado para las tiendas y la logística, si se quiere hacer correctamente", advertía este jueves Ignacio García Margazo, director general de ASEDAS, la asociación que aúna a cadenas como Mercadona, Dia o Lidl.
Como recuerdan los afectados, la imposición del Ministerio de Transición Ecológica supone todo un reto para toda la cadena debido a los actuales modelos de producción, comercialización y suministro. Actualmente, los sistemas de reutilización de envases domésticos en el 'retail' no existen. Para ponerlos en marcha es necesario desarrollar una nueva industria, con nuevas infraestructuras y nuevos procesos logísticos. Esa adaptacion implica inversiones millonarias que corren a costa de los empresarios. "Supone un inseguridad jurídica y un destrozo económico brutal", recuerda Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, la organización que representa a la industria de alimentación y bebidas.
Trabas para Mercadona y sus rivales
La indignación es creciente por la falta de diálogo. Fuentes empresariales aseguran que Ribera no ha querido recibir ni a los representantes de las patronales ni a quienes mandan en las compañías afectadas. Entre ellas están las dos que más ejemplo generan en nuestro país: Mercadona (98.700) y El Corte Inglés (81.000). También multinacionales de la talla de Ikea, pero también cadenas de menor tamaño como Lupa o AhorraMás.
Esa falta de empatía lleva a los empresarios a sospechar de los verdaderos intereses de Ribera. La duda es si el Gobierno está actuando de tal manera para sacar rédito electoral del posicionamiento 'verde' o para promover medidas realmente positivas o duraderas. "La transición energética no se podrá hacer sin escuchar a las empresas. El exceso de regulacion y la fragmentación del mercado va a desincentivar la inversión y aumentar la inseguridad jurídica", recuerda Matilde García Duarte, presidenta de ANGED, la patronal que agrupa a gigantes de la distribución como El Corte Inglés, Carrefour, Tendam o Leory Merlin.
Para visibilizar el elevado grado de inquietud, las mayores patronales presentaron este jueves un comunicado conjunto en Madrid. Al acto asistieron los responsables de AECOC, ANGED, ASEDAS y FIAB, junto a representantes de asociaciones como ANEABE (agua), ANFABRA (bebidas refrescantes) o Cerveceros de España.
En la presentación, los empresarios dieron fe de la complejidad de los cambios derivados de la nueva normativa de envases. Por ejemplo, la nueva obliga a identificar y marcar los envases que sean reutilizables, una obligación que aplica a botellas, barriles, tanquetas, cajas, palets y otros envases, muchos de ellos empleados en circuitos cerrados, que actualmente no incluyen este marcaje.
"Mientras tanto, el Reglamento europeo de envases aprobará un marcado armonizado distinto al desarrollado en España, lo que comportará que en territorio nacional se tenga que hacer una inversión adicional de considerable impacto económico y medioambiental", recordó el presidente de FIAB. "El marcado de estos envases sería irreversible y no se adaptaría a las nuevas obligaciones de la UE, pudiendo en algunos incluso llegar a inutilizar el envase". Es un ejemplo claro de las consecuencias que acarrea la sobrerregulación, sobre todo, cuando se aplica sin diálogo y con una premura innecesaria.
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