Star Defence Logistics & Engineering (SDLE) apunta a un relanzamiento de sus ingresos al cabo de 2024. El que es uno de los principales proveedores del Ejército de Tierra y la Policía Nacional confía en poder encarrilar su negocio este año tras unos meses turbulentos por un expediente sancionador de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia y el estallido de una investigación policial por presunta venta ilegal de sistemas antidrones a fuerzas paramilitares en Libia.
Según ha podido saber Vozpópuli a partir de fuentes conocedoras, los propietarios de la empresa de tecnología armamentística con sede en Móstoles han comenzado a sondear el mercado en busca de nuevos inversores con el argumento de sus potencialidades. A saber, un renovado plan de negocio que contempla un fuerte incremento de las ventas -de 54,4 millones en 2023- a partir de este año en el marco de la creciente demanda internacional en el sector.
La compañía fundada por la familia Estrella viene de cerrar con cerca de 600.000 euros de pérdidas las cuentas del pasado año entre cuestionamientos del auditor. BM Auditores ha afeado a la gestión de SDLE no haber incluido en el balance provisión alguna respecto a la sanción de 3,3 millones de la CNMC por la supuesta implicación de la empresa en un 'cártel' en torno a las licitaciones del ministerio de Defensa.
Bien es cierto que SDLE consiguió al filo del último ejercicio la suspensión cautelar de la millonaria sanción de parte de la Audiencia Nacional, aunque a cambio de una garantía que la auditora también echa en falta en las cuentas y señala como fuente de incertidumbre para la continuidad de la empresa. Con todo, BM Auditores ha dado el visto bueno a la documentación mercantil en la que se augura un incremento sideral de los márgenes operativos al cabo de este año para la compañía, ahora con cerca de 300 empleados y creciente proyección internacional si bien más de un tercio de su negocio sigue pasando por nuestro país.
Interés de Indra
La nueva hoja de ruta está necesariamente mediada por las singulares prestaciones que ofrece la firma madrileña, con escasa competencia en España a la hora de suministrar de mantenimiento y modernización tecnológica al segmento terrestre de las fuerzas de seguridad y el Ejército, así como por su expertise en sistemas de aterrizaje instrumental de sistemas con armas nucleares. Una posición de ventaja competitiva que le ha granjeado recientes muestras de interés de parte de algunas de las compañías españolas tier 1 del sector de Defensa, según las fuentes consultadas.
En este sentido, distintos informantes del sector dan cuenta de un interés de Indra por hacerse con SDLE en el marco de su plan de actuaciones a instancias del Gobierno de cara a la conformación de un 'campeón nacional' de Defensa. En esa línea, la compañía participada por el Estado que preside Marc Murtra no tiene muchas opciones si su objetivo pasa por crecer a base de compras: las alternativas nacionales comparables con la empresa de Móstoles en el segmento terrestre tienen menos estructura y requerirían, en principio, una mayor inversión, de acuerdo a agentes del sector.
La compañía participada por el Estado que encabeza Marc Murtra no tiene muchas alternativas si su objetivo por crecer a base de compras: las opciones al margen de la empresa de Móstoles en el segmento terrestre tienen menos estructura
A preguntas de Vozpópuli, desde Indra no se han querido hacer comentarios al respecto. Oficialmente, el último vínculo entre las partes es, cuanto menos, un desafío para el futuro: fue la propia Indra la que presentó la denuncia a la CNMC que acabó en el expediente sancionador contra la madrileña.
No sería de todas formas este factor sino la investigación por presunto contrabando en Libia por la que llegó a ser detenido por la Policía Nacional el que fuera administrador único de SDLE, Aurelio Estrella Río, la que podría complicar en mayor medidas las conversaciones entre las partes. Una de las fuentes consultadas apunta igualmente a que, desde el lado de SDLE, existe máxima confianza en la indemnidad de toda la compañía, que el pasado mes de julio acometió una reforma interna dejando el Consejo de Administración en manos de una "independiente" de la propiedad accionarial de la familia Estrella.
Roza Aza, expresidenta de Duro Felguera, ha asumido el rol presidencial del nuevo Consejo, que tiene como consejero delegado a Raúl Pérez, ya en SDLE anteriormente. El cambio en la gestión apunta al objetivo de cerrar en este año 2024 "la transformación y modernidad que el mercado demanda, implementando las recomendaciones más exigentes de Gobierno Corporativo, con la aspiración de acometer las reformas internas y el crecimiento económico", según informó la propia SDLE. "Esta hoja de ruta sitúa a SDLE en condiciones de acceder al mercado secundario para lograr la confianza entre los inversores y ejecutar la creciente cartera de pedidos".
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