El preocupante descenso en el número de pasajeros de los aeropuertos españoles, especialmente concentrado en el de Madrid-Barajas, ha hecho que tanto el Ministerio de Fomento como el gestor aeroportuario AENA se hayan movido con celeridad. A partir de enero entrará en vigor una serie de bonificaciones, sobre todo para nuevas rutas, que abaratarán las tarifas. Una medida que llegará tan sólo un año y medio de la puesta en marcha de una espectacular revisión alcista de las tasas cuyos efectos han sido demoledores.
El Gobierno defendió por entonces una subida de tarifas que se aproximaba en algunos casos al 20%. Sin embargo, no ha hecho falta mucho tiempo para que la medida se volviera en su contra. Desde julio de 2012, cuando entró en vigor la revisión tarifaria, el número de pasajeros en los aeropuertos gestionados por AENA ha sufrido un descenso de 6,3 millones.
En la primera mitad del pasado año, justo antes de que se aplicaran las nuevas tasas, el número de usuarios de los aeropuertos españoles ascendió a 112,21 millones, una cifra que se quedó en 105,92 tan sólo doce meses después.
La medida sí ha tenido un efecto positivo en el balance de AENA. Su presidente, José Manuel Vargas, admitió que el déficit relacionado con las tarifas que acumulaba la compañía ha pasado de 850 millones de euros en 2011 a los actuales 250 millones. Una circunstancia que favorece a AENA con vistas a su futura privatización.
Efectos colaterales
Pero lo que se ha puesto en vías de solución en un plazo de tiempo récord ha provocado unos efectos colaterales mucho más dañinos de lo previsto. Cuando se aprobó la subida de las tarifas, las aerolíneas pronosticaron que se perderían en torno a los dos millones de viajeros, como consecuencia del incremento que experimentarían los precios de los billetes. Pero las cifras demuestran que estas previsiones eran, incluso, demasiado optimistas: la realidad las ha multiplicado por más de tres.
Tampoco conviene perder de vista que la Comisión Europea abrió un expediente contra España por la revisión al alza de las tarifas aeroportuarias, con lo que las bonificaciones también contribuyen a hacer un guiño a Bruselas.
Las reacciones al anuncio de las bonificaciones han incluido unas palabras del consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, quien ha señalado que las tarifas deberían bajar aún más y achacado al incremento de 2012 el descomunal descenso de tráfico de pasajeros experimentado por Barajas.
Hace unos días, el presidente de AENA daba un toque de atención a las administraciones madrileñas al poner como ejemplo la positiva evolución del aeropuerto de El Prat y atribuirlo a que Barcelona “sí ha sabido vender el destino” e instar a Madrid a actuar del mismo modo.
En cualquier caso, las previsiones de Fomento apuntan a la recuperación de unos cuatro millones de pasajeros con las bonificaciones, que no compensará el agujero provocado por el incremento de 2012.
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