Ha bastado un mes para que el Ministerio de Fomento revise notablemente al alza su previsión de licitaciones de alta velocidad para este año. Hace apenas un mes, la ministra Ana Pastor aseguró que la cantidad se situaría en el entorno de los 1.100 millones de euros, una cifra que causó desencanto entre los grandes grupos constructores, que la consideraban exigua. El pasado martes, la propia titular de Fomento situaba la cifra en 2.400 millones de euros, un 118% más.
La cifra inicial llamó la atención en el sector en tanto en cuanto suponía, con mucho, la más baja de toda una legislatura en la que el AVE ha sido la auténtica estrella en materia de infraestructuras. En el ámbito político, los números se interpretaban desde un punto de vista electoral: el año en curso es más proclive a inauguraciones de tramos (como se ha visto en los últimos días en las carreteras) que a nuevas licitaciones.
Sin embargo, la visión no era precisamente compartida por los grandes grupos constructores, que habían encontrado en la alta velocidad un ligero consuelo al desplome sufrido por la licitación de obra pública como consecuencia de la crisis.
Tres altos ejecutivos de estas compañías escucharon en vivo la previsión inicial de Fomento para licitaciones de AVE, que Ana Pastor deslizó en su participación en el Foro de Infraestructuras organizado por la consultora KPMG a mediados del pasado mes de marzo. En la jornada también participaron el consejero delegado de FCC, Juan Béjar; Antonio García Ferrer, vicepresidente de ACS; y Josep Piqué, vicepresidente segundo y consejero delegado de OHL.
Desencuentros con las autopistas
De primera mano escucharon las cifras que comenzaron a circular como la pólvora en el sector, en el que causaron un más que profundo malestar. Los constructores no consideraban de recibo que la maquinaria de la alta velocidad se frenase de esa forma, toda vez que la licitación en 2014 para este capítulo superó los 2.800 millones de euros.
Además, la relación entre el lobby constructor y la ministra han atravesado diversos altibajos, especialmente en lo que se refiere al asunto del rescate de las concesionarias de autopistas de peaje en quiebra. Las constructoras se han considerado en múltiples ocasiones ninguneadas por Fomento y han visto reducido su papel a meras espectadoras, sin prácticamente voz ni voto, en detrimento de las entidades financieras.
Las compañías han responsabilizado a Pastor de la demora que ha sufrido un plan de rescate que, de hecho, aún es una incógnita y cuya tardanza podría acarrear numerosos problemas en los próximos meses. El consejero delegado de Ferrovial, Iñigo Meirás, estimó que al menos cinco de las concesionarias que actualmente están en concurso de acreedores entrarán en liquidación a lo largo del segundo semestre de 2015.
El AVE, en el ojo del huracán
En medio de este clima, la previsión de licitaciones para el AVE ha estado presente en los contactos mantenidos en los últimos días entre el Ministerio y el lobby constructor. El pasado martes, en un acto organizado en la sede de CEOE con motivo del aniversario de la constructora Sando, Ana Pastor llevaba la buena nueva: Fomento licitará obras de alta velocidad por valor de 2.400 millones de euros en 2015.
Un escenario que ya gusta más en el sector, que también ha visto como la cifra total de licitación pública también se revisaba notablemente: de los apenas 2.200 millones referidos en su día por Pastor en el Foro de Infraestructuras de KPMG a los 3.700 millones que mencionó el pasado martes.
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