Una de las promesas electorales que Mariano Rajoy puede dar por cuasi-cumplida se debe, y mucho, al papel de Ana Pastor: la ministra de Fomento ha sido el brazo ejecutor del Gobierno nacional en la liquidación de decenas de empresas estatales improductivas, la mayoría participadas por el ministerio de Pastor, pero también por otros departamentos como Defensa, Economía, la Dirección General de Patrimonio o la Sepi. De las 25 sociedades que debían desaparecer, aproximadamente una veintena ya no existe o ha dado ya pasos en esa dirección.
No se trata de una promesa electoral con la repercusión de la subida del IVA o la de no tocar las prestaciones por desempleo (ambas incumplidas), pero la lista de sociedades conectadas por respiración asistida comportaba una estructura directiva astronómica. También un derroche millonario para sufragar todos los Consejos de Administración. Y ese despilfarro se había multiplicado bajo la administración socialista, especialmente en el periodo de bonanza que trajo más y más de estos entes. Por eso Hacienda, la cartera de Cristóbal Montoro, elaboró una lista con empresas a extinguir inmediatamente, a liquidar en un futuro o en las que había que desinvertir. Fomento renqueó al principio, pero entre diciembre de 2012 y el pasado mes de abril el equipo de Pastor aceleró la liquidación hasta casi completarla.
80 empresas, en la picota
Así, Remolques Martítimos (Remolmar); las Sociedades Estatales de Estiba y Desestiba de los Puertos de la Estaca (El Hierro) y de San Sebastián de la Gomera; Aena Desarrollo Internacional; Centros Logísticos Aeroportuarios; o la Sociedad Pública de Alquiler (la primera en desaparecer) ya no existen, de acuerdo con los diferentes registros mercantiles y las diversas fuentes consultadas. Otras, más que vivir agonizan: la Sociedad de Suelo Industrial de Galicia (Sigalsa) está a punto de fusionarse con empresas participadas por la Xunta para que pueda proseguir su actividad sin dinero de Fomento. Ocurre algo similar con Comfersa, que explotaba aparcamientos en terminales y aeropuertos y que acaba de sacar a la venta 160.000 plazas.
Más sociedades moribundas: Irion y Multi Renfe Mercancías. Ambas esperarán hasta el 31 de julio, cuando el Gobierno liberalice y divida Renfe Operadora en cuatro compañías, de acuerdo con lo anunciado por Ana Pastor. Irion y Multi se integrarán primero en Contren (otra filial de Fomento) para fusionarse después con Renfe Mercancías, una de las cuatro sub-empresas. Patrimonio y la Sepi también han aportado su granito de arena al promover la extinción de Promociones y Arriendos (Improa); Infraestructuras y Equipamientos Hispalenses (Infeh); la Sociedad Estatal para la Venta de Acciones de Loterías y Apuestas del Estado (Sevalae) o Cirex. Igualmente, el ministerio de Economía ha disuelto Invest in Spain y Defensa Insa (Ingeniería y Servicios Aeroespaciales).
Esperando la liberalización de Renfe
Más rezagado anda el Gobierno a la hora de desinvertir en otras sociedades (sin liquidarlas), especialmente las relacionadas con el ferrocarril. Aún así, hay avances notables. Renfe acaba de vender su participación en Depot TMZ y Combiberia. Lo mismo que persigue con Alfil (por la que está interesada el Grupo Damm), Albitren (vendida a Albatros) o Tarvia (a Talgo), pero no hay noticias de Fenit Raíl, Cargómetro, Irvia o Transfesa. Enfangado el ministerio en la supresión de horarios de tren (las Obligaciones de Servicio Público) y en el ERE que se cuece en Renfe y Adif, Ana Pastor puede estar satisfecha por el ahorro conseguido con esta pléyade de empresas que se resistían a morir.
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