La agencia de calificación Moody's ha elogiado este lunes el acuerdo por el que el Banco Santander venderá al fondo estadounidense Blackstone el 51% del negocio inmobiliario del Banco Popular, pues considera que mejora la calidad de activos del grupo presidido por Ana Botín.
La venta es positiva desde un punto de vista crediticio porque avanza significativamente el plan del Santander de reducir la exposición del Banco Popular a activos problemáticos, resume Moody's.
El acuerdo con Blackstone supone la transferencia del negocio inmobiliario del Popular, 30.000 millones en activos valorados en unos 10.000 millones, a una nueva sociedad, lo que no afectará a los beneficios del Banco Santander, que ya había cubierto el deterioro.
Lo que sí conseguirá el gigante financiero es aumentar sus niveles de capital, gracias a que Blackstone poseerá el 51% de la nueva empresa y llevará su gestión, lo que permitirá al Banco Santander desconsolidar los activos transferidos. Este hecho mejora significativamente la calidad de los activos del grupo, que se deterioraron con la compra del Banco Popular, y su gran exposición a activos problemáticos, destaca Moody's.
La compra del Popular hizo que los préstamos morosos y el ladrillo del Banco Santander superaran los 80.000 millones de euros, por lo que el traspaso a Blackstone de 30.000 millones dejará el saldo en algo más de 50.000 millones.
Por eso Moody's considera que el acuerdo con Blackstone es un paso significativo en los planes del Santander para reducir la problemática exposición del Banco Popular a niveles "no materiales", tal como se anunció en el momento de la compra de la entidad. En aquel momento el grupo se comprometió a ejecutar su plan para 2022 y reducirlo a la mitad a finales de 2018, algo que conseguirá antes de lo previsto cuando se formalice el acuerdo con Blackstone.
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