Tambores de movimientos accionariales en el sector energético. La posible venta por parte de Repsol de su participación del 20% en Gas Natural podría llevar aparejada otra operación que afectaría a la petrolera: que Caixabank saliera de su capital, en el que mantiene una histórica participación del 10%. Tan peculiar tablero de juego ha diseñado por el banco de inversión Morgan Stanley, que apunta que la entidad financiera con sede ahora en Palma de Mallorca aprovecharía el baile de sillas en el sector energético para acelerar las ventas de participaciones que tiene contempladas en su estrategia.
"La potencial desinversión podría llegar antes de lo previsto dada la recuperación del precio de las acciones de Repsol hasta cotas que no se veían desde septiembre de 2015", según advierten los analistas de Morgan Stanley. En una nota para inversores bajo el título de "Ventas de participaciones para mejorar la visibilidad", el banco estadounidense establece una relación entre el posible movimiento de Caixabank y la venta por parte de Repsol de su participación en Gas Natural, una operación que la petrolera ya ha admitido al mercado que está analizando.
En concreto, Morgan Stanley considera que la operación generará una cierta incertidumbre en los socios de Repsol toda vez que no está claro hoy día el destino de los ingresos que obtendrá por la venta (a precios actuales se embolsaría cerca de 4.200 millones de euros). El mercado apunta que la compañía que preside Antonio Brufau financiará la compra de activos de energías renovables, aunque no hay planes definidos al respecto.
Incluso, Morgan Stanley considera que Repsol podría destinar parte de los ingresos a un programa de recompra de acciones para amortiguar las turbulencias que podría provocar su salida de Gas Natural que, por lo pronto, supondría prescindir de unos 200 millones anuales que llegan a la petrolera de forma recurrente por vía del dividendo de la gasista.
Alzas del 65% en dos años
Ante este escenario, Caixabank aceleraría sus planes de salir de Repsol, aprovechando que la compañía atraviesa una notable racha alcista en Bolsa, coincidiendo con la recuperación de los precios del petróleo tras los sucesivos acuerdos alcanzados por la OPEP para recortar la producción.
De hecho, los títulos de Repsol han subido un 65% en los últimos 24 meses y han llegado a situarse por encima de los 17 euros, cuando a comienzos de 2016 perdieron la referencia de los 10 euros.
En cualquier caso, el propio banco de inversión estadounidense admite la existencia de una notable incertidumbre en torno a los tiempos de las diferentes operaciones. No es la primera vez que se habla de una posible desinversión de Caixabank en Repsol, especialmente a raíz de los crecientes requisitos de solvencia exigidos a la banca europea y la consiguiente penalización que suponen las participaciones en las carteras de las entidades financieras.
Operaciones en cadena
Sin embargo, la venta de un 10% de Gas Natural en octubre de 2016 acalló unos rumores que apenas revivieron poco después del pasado verano, cuando Caixabank comunicó la contratación de un derivado sobre un 2% de Repsol en su poder como parte de un instrumento de cobertura de riesgos. Ciertos rumores de mercado apuntaron entonces al posible inicio de una desinversión en la petrolera aunque no pasaron de meros comentarios de mercado.
Ahora, el más que posible movimiento de Repsol en Gas Natural y el anunciado proceso de consolidación en el sector energético europeo han vuelto a poner en marcha las cábalas sobre cómo quedará confeccionado el panorama accionarial de las empresas implicadas.
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