Los ciudadanos comenzarán el año con una más que posible subida del recibo de la luz. Bien es cierto que no será el Gobierno el que contribuya a que esto suceda pero tampoco hará lo contrario. El ministro de Energía, Álvaro Nadal, anunció este jueves que el Ejecutivo no modificará los peajes eléctricos para 2017, lo que hará que los precios queden a merced de un mercado mayorista cuyos precios no dejan de subir. Y las previsiones apuntan a que la tendencia se mantendrá.
Nadal descartó una subida de la parte regulada del recibo al considerar que los impuestos energéticos ya son demasiado elevados en España, según declaró en una entrevista concedida a TVE. El ministró apuntó que no hay apenas margen para más subidas aunque, en realidad, el problema es otro: debido a la presión alcista de los precios mayoristas de la electricidad, la única opción para el Ejecutivo sería tratar de moderar la subida del recibo.
Sin embargo, las primeras medidas fiscales del Gobierno se concentran en tratar de incrementar la recaudación con vistas a poder cumplir con los compromisos de déficit marcados por la Comisión Europea. En este capítulo no van a incluirse, por el momento, los impuestos relacionados con los hidrocarburos o la energía, aunque prácticamente desde el principio se dio por hecho, especialmente los primeros. ¿El motivo? El Ejecutivo no quiere contribuir a que los precios de la luz y las gasolinas se disparen.
En ambos terrenos, todo apunta a que los ciudadanos tendrán que rascarse algo más el bolsillo debido al comportamiento de los mercados. Algo menos en las gasolineras, toda vez que, en este caso, la parte impositiva supone algo más de dos tercios del precio y no va a variar. De este modo, la subida de los precios del barril de crudo, derivados del acuerdo de la OPEP para recortar la producción por vez primera en ocho años, será moderada. El propio Nadal la calculó en un 3%, aproximadamente.
Subidas sostenidas en el tiempo
Sin embargo, la cuestión relacionada con la electricidad es diferente. En este caso, la parte regulada tiene un peso aproximado del 40% en el recibo de la luz. Esta parte es la que no se moverá en 2017. El resto depende de los precios registrados en el mercado mayorista, en el denominado ‘pool’. Las condiciones climatológicas, especialmente la ausencia de viento, y la crisis nuclear en Francia han hecho que estos precios se desboquen, lo que terminará repercutiendo en la factura que le llega al consumidor.
El margen de maniobra que le quedaba al Gobierno en este capítulo era rebajar los peajes, con lo que contribuiría a minimizar la subida. Sin embargo, no es momento de bajar impuestos. Tampoco de subirlos y menos en áreas en las que los mercados presionan al alza sobre los precios y afecten directamente al ciudadano. De ahí que la decisión del Ejecutivo haya sido dejar las cosas como estaban, por el momento.
Los expertos y las empresas manejan un escenario de subida de precios en los próximos meses, con lo que el encarecimiento del recibo, que no contará con corrección a la baja de la parte regulada, parece cantada. Resta saber de qué cuantía será.
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