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Ya estás en la nube, no te resistas

Si usted vive en este mundo, está en la nube. Lo que debe preocuparle es cómo se gestiona, cómo se protegen los sistemas frente a ciberataques y qué legislación queremos para nuestros datos y su privacidad

Y, de repente, aparece ese inquietante mensaje en el móvil. "El espacio interno se está acabando". Cómo puede ser posible, si casi no tengo nada guardado. Luego revisa uno la memoria del teléfono. Casi ochocientas fotos, unas 300 canciones, dos películas y medio centenar de aplicaciones. Vamos, que está el móvil que si la carcasa fuera de tela se le notaría rollizo.

Hay quien le propone a uno apostar por Google Photos. Guardas las fotos en la nube de Google y santas pascuas. De golpe y porrazo liberas casi 3GB libres de memoria. Pero no. No nos gusta estar en la nube. Nos da miedo. Las últimas noticias de Facebook, además, no ayudan a superarlo.

¿Y si en lugar de descargar las canciones abonamos una cuenta de Spotify? Negativo. Tampoco somos usuarios tan intensivos de música. ¿Y si en vez de tener las películas en el móvil nos hacemos de Netflix y lo vemos en streaming? Perfecto. Eso sí. Nos hemos negado dos veces a estar en la nube -Google Photos y Spotify- pero hemos claudicado con Netflix.

Si hace la declaración de la renta, está en la nube. Si tiene DNI, también. Si paga sus impuestos, lo está. Si usa Google Maps, también. Si lee el periódico en el ordenador, más de lo mismo. Todos estamos ahí

Aunque usted puede no saberlo, ya está en la nube. Si tiene una cuenta de Gmail está en la nube. Si la tiene en Yahoo! o Microsoft, también. Lo está si tiene su teléfono registrado con un correo electrónico.También si usa Dropbox. Si utiliza Facebook, WhatsApp o Instagram, más de lo mismo.

Si hace la declaración de la renta, está en la nube. Si tiene DNI, también. Si paga sus impuestos, inevitablemente lo está. Si usa Google Maps, también. Si lee el periódico en el ordenador, si busca algo en Internet, lo está, si tiene móvil, tablet u ordenador, forma parte de ella.

Todo lo que hacemos en Internet queda grabado en la nube. Una parte mayor o menor de nuestra información, de nuestros datos, gustos y costumbres está guardado en algún lugar de ella, en ese disco duro gigante que no es más que un saco en el que estamos, de una u otra manera, todos.

Todo lo que hacemos en Internet queda grabado en la nube. Una parte mayor o menor de nuestra información, de nuestros datos, gustos y costumbres está guardado en algún lugar de ella

Dicho esto, no deben preocuparse por el hecho de estar o no. Todos los caminos conducen a la nube. La administración gestiona todos sus datos en ordenadores conectados a Internet, al igual que hacen las empresas que gestionan los servicios que usted usa en el móvil o el ordenador. Si usted vive en este mundo, está en la nube. Llegados a este punto, lo que debe preocuparnos es cómo se gestiona. Cómo se protegen los sistemas frente a ciberataques y qué legislación queremos para nuestros datos y su privacidad.

Es como negar la existencia del dinero. Está ahí. Es un mal necesario. Lo que hay que hacer es ponerlo a buen recaudo de los amigos de lo ajeno y regular como mandan los cánones su funcionamiento. Porque, no se olviden, los datos que están en la nube son, para las empresas, tan valiosos como el dinero.

Pasen el domingo sin pensar en el lunes, no me sean agonías. Serán mucho más felices.

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