Los fondos oportunistas siguen merodeando por la industria hotelera española, que está inmersa en una grave crisis que se saldará con un una reducción de operadores y con los bancos como grandes cadenas, al igual que ha está ocurriendo con la industria inmobiliaria. Así, poco antes del final de año hubo contactos por parte de los fondos Oaktree y Oak Hill Capital Partners para hacerse con grupos como Silken o Abba Hoteles. También estuvo en los contactos Deutsche Bank.
Silken tiene como hoteles emblemáticos en la capital los Puerta Madrid, Puerta Castilla (anexo a las Torres Kio) o Puerta América, mientras Abba posee el Abba Madrid, de entrada a la capital en la Avenida de América.
La primera está presidida por Antonio Iraculis y la segunda por su hermano Andrés. Ambos grupos llevan tiempo en mercado y en el pasado ha habido ciertos contactos con otros grupos hoteleros que no han fructificado.
Tampoco parece sencillo que tengan resultado de inmediato los contactos con los fondos ya que estas operaciones siempre tienen una importante deuda detrás (se habla de unos 200 millones), con un pool bancario mixto, compuesto por entidades españolas e internacionales, y un montón de hoteles con distintas sociedades.
Un desastre de sector
En cualquier caso, el sector hotelero es un caso paralelo al inmobiliario. Ha sido uno de los grandes responsables de que naciera el banco malo y son muchas las cadenas que están en serias dificultades.
Un caso claro es el de NH, que pasó de una situación agónica a una muy distinta, una vez que se puso al frente Santander, grupo acreedor del principal accionista, Hesperia. A partir de ahí se desencadenaron los hechos, con la llegada (por fin) del capital chino y el nombramiento de un nuevo consejero delegado que viene con la idea de inyectar capital en los hoteles domésticos para relanzar los precios. Santander fue el detonante de todo esto, incluidos pertinentes informes bursátiles a favor.
AC Hotels sigue en plena negociación con los bancos, que ya le han tenido que ejecutar algunos centros. Por no hablar de Husa, que tiene grandes conflictos en el Husa Chamartín, problemas en Valencia; ha perdido su centro estrella en Barcelona, el Juan Carlos I, y hay una eterna disputa con el Husa Princesa de Madrid.
Serán los bancos quienes decidirán el futuro de estos grupos. Casi todos han tenido un enorme peso, accionarial y crediticio, de las cajas de ahorros y en casi todos hay muchas críticas hacia la gestión, marcada por los nombramientos de corte político y, sobre todo, familiar.
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